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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Jesuitas expresan su indignación por la política migratoria de Trump

Jesuitas expresan su indignación por la política migratoria de Trump

La Red Jesuita expresa su indignación ante la política migratoria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, señalando que la tolerancia cero pone en peligro la seguridad y vida de miles de personas. Pide a los políticos de ese país garantizar los derechos de estas personas que se ven obligadas a migrar por la pobreza y violencia, principalmente. 


"Indignación por la inhumana y despiadada política de la administración de Donald Trump y de su Secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, en contra de niños y adolescentes. La emisión del Decreto `Sobre cómo mantener unidas a las familias y al mismo tiempo garantizar una frontera poderosa´ no resuelve la crisis ni mitiga la criminalización y violaciones a derechos humanos que sufren las personas y familias migrantes que llegan a las fronteras, especialmente el derecho a la protección internacional", sostuvo la Red Jesuita con Migrantes en Centroamérica y Norteamérica (RJM CA&NA) y la Educación Jesuita en Guatemala (Ejegua), a través de un comunicado.

Los religiosos remarcan que una de las principales causas de la "migración forzada" es el deseo de proteger la vida e integridad, en especial de la niñez, por la violencia que se vive en sus países de origen.

Asimismo mencionan que el Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre Inmigración en Estados Unidos, en relación a las detenciones y debido proceso, afirma categóricamente que "la detención de una niña o niño, como consecuencia de su situación migratoria irregular, representa una violación de sus derechos y siempre está en contra del principio del interés superior del niño o la niña".

En ese sentido, la Red Jesuita con Migrantes en Centroamérica y Norteamérica instó a que republicanos y demócratas planteen alternativas a la política migratoria de la administración Trump, donde no se criminalice a la persona y se garanticen sus derechos humanos.

Asimismo demandó a los gobiernos de los países de origen de la población migrante, que trabajen en superar las raíces que provocan la migración forzada, porque están obligados a garantizar una vida digna a la niñez y a la juventud. "Es su responsabilidad proveer protección así como una educación de calidad, con pertinencia y relevancia, que permita a los estudiantes continuar sus estudios al graduarse del nivel medio o acceder a oportunidades laborales que les permita realizarse plenamente".

Ambas instancias de la Compañía de Jesús señalan que urge un cambio en la narrativa y en las prácticas internacionales que van en detrimento de los derechos humanos de la población migrante.

Recuerdan las palabras del papa Francisco que invitan a construir un camino más humano: acoger, proteger, promover e integrar a las personas migrantes y refugiadas.