Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 00:06

OPERACIONES EXITOSAS EN EL HOSPITAL VIEDMA

Dos paralíticos vuelven a caminar tras cirugías

Un equipo médico reemplazó vértebras dañadas en la columna y salvó la movilidad de afectados.  
Dos paralíticos vuelven a caminar tras cirugías



Amalia Quispe Huanca está sentada al borde de una cama del hospital Viedma a donde llegó paralítica y en silla de ruedas, hace tres meses. Tras ese tiempo está lista para irse a casa. Lo hará caminando.

Amalia sufrió de una enpondilitis tuberculosa que destruyó una de sus vértebras y la mantuvo inmóvil por casi tres años. Un equipo médico del hospital Viedma reemplazó esa vértebra podrida por otra de platino.

Se trata de una de las dos cirugías que se ejecutó en el hospital público. Ambas fueron desarrolladas por el neurocirujano Gonzalo Gemio, acompañado por un equipo de especialistas. El primer caso, corresponde a Iván Quispe, un joven de 28 años que estaba postrado en una silla de ruedas por los mismos motivos que Amalia.

PRIMER CASO Gemio muestra solvencia profesional al hablar. Se refiere al diagnóstico, a los riesgos, a la intervención quirúrgica y a las esperanzas que tiene para ayudar a más personas, a partir de los casos señalados. Recomienda que la gente busque ayuda con rapidez y no deje mucho tiempo inmóviles sus miembros.

Recuerda la primera experiencia de cirugía de reemplazo de vértebra en el Viedma. Llegó hasta él Iván Quispe. un joven que había dejado de caminar.

Explica que existen diversas enfermedades que lesionan la columna vertebral y entre las más serias está la espondilitis tuberculosa, una infección causada por una microbacteria tuberculosa que es un microorganismo que destruye esa resistencia de la vértebra. “Se forma como cualquier micro organismo a causa de una herida. Se produce un absceso vertebral que causa dolor y la persona va encorvándose. En la espalda aparece una giba. Se va comprimiendo la médula. La persona deja de mover los pies y se orina porque hay alteración en el esfinter”.

Las características se ven cuando el caso es severo. Aparece la joroba, falta movilidad en los miembros y hay mucho dolor. La radiografía muestra que no hay un cuerpo vertebral porque se ha destrozado. La cirugía pasa por liberar la médula de la vértebra dañada, colocar tornillos, como si fueran andamios de soporte, y reemplazar la vértebra afectada por otra de platino.

“Iván Quispe estaba paralítico, no caminaba. En medicina, a veces parece ser un milagro. Los estudios decían que tenía mucho tiempo sin caminar. Además, no es fácil conseguir más de cinco mil dólares que cuestan los equipos de reemplazo”.

Iván, al día siguiente de la operación, empezó moviendo el dedo gordo del pie. “Es una historia larga de contar”, dice Iván a OPINIÓN, por teléfono.

SEGUNDO CASO Amalia llegó hasta Gemio por recomendación de una persona que conoció el caso de Iván. Está pálida aún. Cuenta que hace 13 años se cayó de una balsa, en La Paz, en la provincia Omasuyos y cree que empezó a decaer. El dolor en la espalda la consumió poco a poco hasta dejarla en silla de ruedas.

Se internó el 7 de abril. Tuvo dos cirugías. Salió el 18 de junio. Lo hizo aún adolorida, pero muy contenta. “Doy gracias a Dios y al doctor Gemio. Hice muchos sacrificios por mis hijos. He vivido un infierno por tres años, pero estoy bien”, llora.

2 Casos

Gonzalo Gemio estudió en la UMSS, se especializó en la Unión Soviética, hizo un curso de columna, neurocirugía infantil en la URSS, y otras especialidades en Alemania. Operó con Carlos Zenteno y otros.