Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Licen

Modesto Omiste nació en Potosí, el 6 de junio de 1840. Abogado e historiador, fue un acérrimo defensor de la educación, al punto de ser el impulsor de la Ley de Libertad de Enseñanza, promulgada en 1872.

Fundó varias escuelas y el propio departamento de Potosí tiene una provincia con su nombre.

El presidente Bautista Saavedra anunció en 1924 que el Día del Maestro en Bolivia se celebraría en la fecha de nacimiento de tan polifacético personaje.

De vuelta a tiempo actual. Los cambios y transformaciones sociales nos

muestran una realidad que, al igual que en tiempos de Omiste, requiere de profundos avances en la educación. Algunos apuntes extraídos de conversaciones con colegas docentes que pueden servir como diagnóstico para hablar de este tema: Existe un severo divorcio entre la educación media y la educación superior. Las habilidades requeridas en la universidad parecieran no atenderse en los colegios (innovación y lectura, por ejemplo).

Al respecto, existe esa confrontación entre padres que tienen potestad sobre las aulas y profesores atemorizados por los grupos de WhatsApp. Las futuras generaciones requieren de mayor disciplina académica y no autocomplacencia parental.

La remuneración docente es un tema pendiente. Las instituciones educativas buscan el punto de equilibrio entre contratos por horas como consultores y la cantidad de carga horaria asignada. Muy pocos se pueden dedicar a la docencia a tiempo completo y la fragmentación de actividades e ingresos termina por mermar el talento en aulas. Un edificio o una sede nueva no sirve si no tienes el talento académico requerido.

Educar es un proceso fascinante. Piensa por un momento que tus hijos

pasan la mitad de sus vidas con profesores que no solamente les enseñan contenidos curriculares, sino también, puntos de vista sobre la vida. ¿Estás dispuesto a otorgarles el lugar que merecen?.

En una metáfora, el aula es como una estación de trenes: no todos se dirigen al mismo lugar, otro no saben adónde ir, algunos están retrasados y otros llevan prisa. Tu misión como profesor es decirles a qué tren subir. Un día, estarán de vuelta y te contarán cómo fue su viaje por la vida.

En tiempos de Facebook, no puedo negar la emoción de ver a viejos estudiantes convertidos en eximios profesionales, que, literalmente, viajan por el mundo trascendiendo la experiencia de la vida. Gracias a ellos por ese prístino privilegio.

Por lo mismo, Modesto Omiste acuñó la siguiente frase: “Nunca dejaremos de ser esclavos, mientras no sepamos hacernos libres por la cultura”.˚