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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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El ojo de la historia

El ojo de la historia
De la misma manera acuciosa y prolija como osculta el iris y el cristalino, el doctor Jorge Mostajo Salinas, da una mirada profunda y particular a la historia, de ahí que su libro, de pronta aparición, lleve el singular y llamativo título de: “Historias de la Historia”. Muchos se preguntarán como es que un oculista, así a la antigua y no oftalmólogo, se dedique a los menesteres de Herodoto, la respuesta está en la versatilidad de este profesional que amen del ejercicio de la práctica médica heredada desde su distinguido padre Jorge I. Mostajo Pozo de gran prosapia en su rama, el hijo, además, se dedica en forma continua a la filatelia, numismática, colección de libros e impresos incunables y lo que en él es habitual a estudiar con ahínco todos esos objetos, situarlos histórica y conceptualmente, analizar y escribir sobre tales fuentes de manera periódica en impresos especializados, como la revista Numismática, de la cual es su director.

Por si fuera poco lo dicho, que es poco, el doctor Mostajo también colecciona aquellos pequeños testimonios llamados comúnmente “colitas” que no son otras cosa que recuerdos que se mandaban a imprimir para constancia de un hecho trascendental como una boda o un bautizo, aunque también funerarios o de inauguración de algún negocio; en tales colitas se hacían constar el hecho, las personas que participaron de manera principal ya sean como actores, padrinos, prestes y en fin; constituyendo en la realidad una especie de certificado y constancia de tales situaciones.

El estudio de las colitas, verificación y constatación de estos hechos y los tiempos que se situaron, son el primer ingrediente para la sustanciosa obra de nuestro ilustre galeno, en la cual se recuperan situaciones históricas que resultan complementarias y no por ello secundarias, para explicarnos la historia nacional.

Sin ánimo de entrar en detalles del libro de referencias, que cuenta con seis capítulos, se destaca el referido a los amores por conveniencia económica que se realizaron en el país, juntando fortunas e infortunios, el autor denomina: Los mejores braguetazos de nuestra historia, en el que reconocemos a conocidos personajes que jugaron diferentes roles en el país, para ello debieron munirse de dinero ajeno e hipotecar sus sentimientos.

La más de las veces. En la parte referida a cuentos históricos, debo destacar el referido a la historia de la Facultad de Medicina, escrita con gracejo e ironía, al mismo tiempo que con aprecio y cariño, ya que el autor se cobijó en dichos predios tanto como estudiante como también catedrático, entre las muchas cosas que nos narra el autor está aquel hecho singular referido al enrejado de la actual Facultad de Medicina; en las primeras épocas tal enrejado realizado por el célebre Gulich l pertenecía a un parque de infantes situado al extremo contrario de la universidad, en lo que hoy es la final Ayacucho, en operación comando sin precedentes tantos los eximios catedráticos como bullangueros alumnos se apropiaron indebidamente de tal enrejado y lo empotraron a su predio, para perpetua memoria.