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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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EL OJO DEL PUEBLO

Crisis del sistema de salud

Crisis del sistema de salud
La salud debe diseñarse como política pública y, por tanto, no solo se mide la calidad de los edificios, médicos, enfermeras, laboratorios, atención en hospitales y medicinas. El concepto es más amplio.

La población del Eje Metropolitano, de acuerdo con el Plan Metropolitano de Agua y Saneamiento para 2012, era de 1.536.144 habitantes. Según las proyecciones, en 2018 somos 1.857.363.

En 2012, Cercado tenía 918.844 y para 2018 un total de 1.058.751.

Uno de los principales problemas que padece el ciudadano boliviano es la carencia de agua. Por falta o mala calidad, en el departamento solo un 30 por ciento tiene acceso a este servicio. En el Eje Metropolitano es similar. Con el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa), Cercado solo alcanza a 35 por ciento y las cooperativas, asociaciones y OTB sirven con un 10 por ciento . Por lo tanto, hay 588.700 habitantes que no tienen acceso a agua por red, resultando un 55 por ciento que vive de agua que se abastecen por cisternas.

Ese déficit se traduce en el uso de agua de mala o pésima calidad, falta de higiene en hogares, centros educativos, hospitales, venta de alimentos y riego de productos agrícolas con agua del río Rocha. Entonces, la salud de la población está en riesgo.

Hay otros ejes transversales: la contaminación del aire, el ruido, la basura, educación, entre otros.

La falta de recursos humanos calificados es otra debilidad. Hay déficit desde personal paramédico, enfermeras, médicos generales y con especialidad, que evita que el sistema permita disponer de un número suficiente.

El sistema de seguro de salud está peor cada día, y si el paciente es de la tercera edad, resulta un drama.

¿Cómo se explica? Se logra, mediante un convenio con la Alcaldía de Santa Cruz, tratar a niños de Cochabamba que tienen cáncer. Es prueba de la falta de una política pública de salud.

Es un lujo tener hospitales construidos, pero cerrados. No solo es dinero, también falta de médicos y personal.

Otro lujo. Una obra como el Hospital del Niño está abandonada como ocho años, por fallas que podrían ser resueltas, o quizás lo mejor es demoler, pero ni una ni la otra.

Estamos más ocupados de los problemas de otros países, entre tanto, nuestra gente debe dormir en la calle para tener atención y con suerte en 15 días.

A las autoridades, reflexionen, estamos hablando de la vida de un pueblo.