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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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MIS CIRCUNSTANCIAS

Después de Cochabamba 2018

Después de Cochabamba 2018
Por hacer lo que era necesario, olvidaron o descuidaron lo más importante, preparar adecuadamente, y con tiempo, a los deportistas que competirán en los XI Juegos Suramericanos Cochabamba 2018, que arrancan el sábado 26 de mayo.

Traigo a colación un recuerdo familiar, ahora gracioso, mentado por mis hermanos mayores, cuando los abuelos organizaban fiestas pomposas, arreglando bien la casa, donde no escaseaban la música, bebida ni comida para los invitados privilegiados, pero relegaban a los integrantes menores de la familia, al extremo de alimentarlos al final de todos, con menudencias de los conejos y pollos sacrificados. Felizmente los tiempos cambiaron bastante en favor de los niños y jóvenes.

Más no en el deporte, porque para estos Juegos, los gobiernos nacional, departamental y municipales erogaron cuantiosos recursos para la construcción e implementación de escenarios deportivos, cifras que seguramente serán revisadas con lupa, después de la fiesta, por las dudas provocadas con múltiples actos de alteración, en el manejo de la economía institucional.

Los deportistas, que son los verdaderos personajes de los Juegos, como en el cuento familiar, fueron menospreciados, de palabra y obra, nada menos que por los responsables de ocuparse y preocuparse de ellos.

Paradójicamente, el principal encargado del área es alguien de quién se esperaba sensibilidad, solidaridad por afinidad, en favor de los deportistas. Por eso recibió semejante apoyo las líneas de protesta de la destacada exatleta Giovana Irusta, porque interpreta el sentimiento generalizado de deportistas, familiares y adeptos del deporte, por indignación e impotencia.

Los que vivimos en Cochabamba tenemos muy claro que debemos apoyar a los deportistas, que valientemente representan a Bolivia, pese a las contingencias. Son los que no se fueron a representar a otro país, por falta de condiciones en Bolivia.

Seamos buenos anfitriones y disfrutemos de un espectáculo inolvidable, esperando lo mejor de los nuestros, por su amor propio y esfuerzo personal.

Después de Cochabamba 2018, la tarea será planificar, de arriba abajo o a la inversa, una política de Estado para el deporte, desterrando la improvisación para que los protagonistas reciban la atención que merecen.