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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Alerta: actividad extrema de zombis

Alerta: actividad extrema de zombis
Lake Worth es una pequeña ciudad ubicada en el condado de Palm Beach (Florida), Estados Unidos. La noche de este domingo sufrió un apagón y los pobladores recibieron en sus celulares un mensaje oficial que decía: “Alerta de apagón y de zombis para residentes de Lake Worth y Terminus”. Terminus es La Terminal, aquel refugio de caníbales de la serie The walking dead. Al parecer, el sistema de mensajes de la Policía fue hackeado por algún bromista que generó temor en los ingenuos pobladores del lago.

Los zombis están de moda, salen en series de televisión, películas, videos musicales y hasta en juegos juveniles. No es una casualidad. Es un llamado de atención. Son la mejor metáfora para hacer entender a la humanidad entera que nos estamos convirtiendo en caníbales.

Los muertos vivientes solo tienen como objetivo comerse a las personas que todavía viven su vida con normalidad. Por ello, su única actividad es terminar con la humanidad que ríe, trabaja, ama y aún tiene el brillo de la vida en sus ojos. ¿No será también una metáfora del capitalismo salvaje en el que nos encontramos?

Por este sistema capitalista -que no ha encontrado aún una alternativa válida, digna y humana- los hombres nos estamos comiendo entre nosotros. Baste recordar algunas promesas/premisas del capitalismo para alertarnos de una actividad extrema de zombis.

El capitalismo ha prometido satisfacer nuestras necesidades. Sin embargo, en el juego del mercado, la consigna es la de generar necesidades a los clientes. Hoy en día se nos vende de todo, y si no podemos pagarlo, se nos excluye. Aunque parece una cuestión irrisoria, pensemos nada más en necesidades como la alimentación y la vestimenta que millones de bolivianos no alcanzamos a cubrir mes tras mes, y si vemos el tema de vivienda es aún peor. Al parecer el nuevo “Cogito” del capitalismo es “Pago, luego existo”.

Como uno de los principios capitalistas consiste en la maximización de los beneficios, nos olvidamos por completo de los servicios y de la situación real de la gente. La invasión de productos chinos baratos e inservibles es un claro ejemplo de esto. ¿¡Qué les interesa a los productores y comercializadores si el producto es de calidad!? ¡Lo importante es venderlo!

Por esto también el capitalismo se olvida del bien común. ¿Alguna empresa en su afán de maximizar se acordará de respetar las normas de medio ambiente y de no contaminar nuestro ya martirizado río Rocha? Y no hablemos de otros bienes ambientales que hacen del capitalismo un sistema depredador.

Y aunque muchos empresarios altamente competitivos afirman que otorgan a sus empleados mejores condiciones laborales, les recuerdo aquella frase de Henry Ford que bien expresaba sus intenciones: “Prefiero pagar bien a mis obreros para que puedan comprarme coches”.

Para concluir esta reflexión, aunque no se agoten ni mucho menos los argumentos sobre el capitalismo salvaje, me interesa comentar la importancia de la competencia, que en la mayoría de los casos nos ciega y nos lleva a ver al competidor como el enemigo al que tengo que vencer y exterminar. Para salir del estado zombi en el que nos encontremos es bueno ponerse en el lugar del otro, hacer algunas cosas de manera gratuita y poner nuestras cualidades al servicio del otro.