Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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17 de mayo, Día de Internet. Fecha para recordar el impacto de esta tecnología en nuestra sociedad, fecha en la que instituciones como la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic) presentan datos al respecto del consumo de internet en nuestro país y donde se busca reflexionar sobre los alcances, logros y tareas pendientes en este tema.

Hace 20 años, Internet era esa esporádica visita al laboratorio de la universidad para acceder al correo (Yahoo), a las salas de chat (Mirc) o hacer alguna búsqueda (Altavista). La paciencia era una virtud requerida para acceder vía dialup (128 Kbps) por línea telefónica y esperar que nadie descolgara el teléfono. Justamente por esto el proveedor local de internet pensó la “línea gemela”: una línea para hablar por teléfono y otra para conectarse a internet. Han pasado muchas cosas desde entonces, amigos, encuentros, desencuentros, viajes, Hi5, Fotolog, Flash, Napster, Netscape, Firefox, Applets y Midis.

20 años que Internet está presente en nuestra vida cotidiana con más aspectos lúdicos que beneficios. Soñamos con una sociedad digitalizada no en términos futuristas ni robotizados, sino donde los procesos más simples puedan llevarse a cabo de forma digital y no presencial. Hace un tiempo, pagué la cuenta de una empresa por el sistema de banca digital. En cuestión de minutos, el proceso estaba realizado con la seguridad que brinda la tarjeta de coordenadas y la infraestructura del sistema de pago. Pero en el punto final, el recojo de la factura debía ser físico. Otra vez hacer fila cuando en realidad, era eso precisamente lo que quería evitar. Hablar de internet no es solamente la cantidad de conexiones o el tipo de contenidos que visitamos, sino también el cómo nos facilita la vida cotidiana.

Imagina un portal de trámites donde puedas solicitar impresión de certificados (matrimonio, nacimiento), copias legalizadas de títulos universitarios, anotaciones en bienes raíces, entre otros. El pago no debería estar restringido solo a medios electrónicos, sino también a las alternativas simples, a debitar desde tarjetas de prepago de telefonía, por ejemplo. En ese sentido, que Internet facilite la vida de los usuarios no solo es tarea del Estado en sus trámites, sino también de todas las organizaciones que brindan servicios. Este ejercicio de revisión será interesante plantearlo en 20 años, cuando en pleno 2038 veamos cuánto ha hecho internet por nosotros, más allá de los contenidos lúdicos, y hasta dónde podemos considerar esta tecnología como parte de nuestro desarrollo. Desde estas palabras, pulgares arriba a quienes están trabajando en ello.