Explicó que el trabajo corresponde a un grupo de profesionales y expertos bolivianos en hidrocarburos, que evaluaron la actual situación en base a información oficial, obtenida en respuestas a peticiones de informe escrito solicitadas en actos de fiscalización.

Dijo que estos niveles de reservas no garantizan la seguridad energética del país y representa una grave amenaza para la sostenibilidad fiscal, y consecuentemente, para la estabilidad económica nacional.

Asegura que los niveles esperados de reservas probadas de gas se han reducido en forma dramática, debido al "fracaso de la política exploratoria". 

El asambleísta precisa que YPFB ha invertido en Actividad de Exploración en Rama Sísmica 2D y 3D 740 millones de dólares y en Actividades de Perforación Exploratoria, 743 millones de dólares "sin que se hayan logrado resultados positivos".

Concluye que los resultados de los trabajos exploratorios fueron un "fracaso rotundo y hasta la fecha no se ha descubierto ningún megacampo ni tampoco otros campos menores que pudiesen reponer reservas".

Recordó que las reservas probadas de gas desde 2006 hasta 2017 eran de 13.74 TCF. La auditoría a diciembre de 2009 efectuada por Ryder Scott estableció 9.94 TCF. Cuatro años más tarde, la auditoría a diciembre de 2013 efectuada por GLJ identificó 10.35 TCF, pero la reserva probada de gas estimada por ETI al 31 de diciembre de 2017, es de tan solo 4.48 TCF.

La fuerte reducción de reservas se debe a los altos volúmenes de producción de gas para cubrir el mercado nacional y el gas comprometido con Brasil y Argentina y la ausencia de descubrimientos de nuevos campos exploratorios.

El senador cree que es necesario aplicar nuevas tecnologías en la sísmica con el fin de reducir el factor de riesgos en trabajos de exploración.