Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:24

SERGIO ALCÓCER

El último campanazo

A LOS 26 AÑOS, SE CANSÓ DE IR CONTRA TODO Y DECIDIÓ QUE LUEGO DE LOS JUEGOS SE BAJARÁ DEL RING. ESTÁ “RESENTIDO” POR LA FALTA DE APOYO EN BOLIVIA. EL MUCHACHO, QUE AYUDABA A SU MADRE EN LA VENTA DE COMIDAS,<BR>RETOMARÁ LOS ESTUDIOS <BR>Y BUSCARÁ ALGO MEJOR.<BR>
El último campanazo



Dice que ya no da para más, que “cumplió”, que es momento de archivar el sueño y cambiarlo por la realidad, la que le toca vivir, la que debe enfrentar a diario. El boxeador Sergio Alcócer, representante boliviano en la categoría 56 kilos de los Juegos Suramericanos Cochabamba 2018, tomó la decisión de colgar los guantes una vez que finalice la contienda regional.

Cree que lo mejor es, por fin, seguir los consejos de mamá, que tantas veces decía: “Retoma los estudios de una vez. Tienes que ser profesional”. Y hacia allí va el muchacho, que desde la adolescencia nunca se mostró esquivo cuando le tocaba ayudar en la venta de comidas del mercado.

A los 26 años, la decisión personal es un hecho. “Ya lo pensé mucho. Dejo el boxeo. Me dedicaré más a estudiar y trabajar, que es lo que me traerá beneficios. Si eres de una condición humilde, el deporte no te da nada. Lo digo con resentimiento. Sin embargo, haremos todo para estar en el podio. Si no es así, al menos, lograr una demostración de altura”.

La confesión golpea tan fuerte como sus puños, pero lo que más resuena es aquel “ojalá” que sale de sus labios cuando se refiere a su esperanza aún viva de que, de pronto, algo suceda y que las autoridades y dirigentes cambien el “chip” para que los próximos pugilistas gocen de condiciones.

“Todo queda en un ojalá. Ojalá que de aquí a un futuro se hagan cargo de los deportistas. Esto debería ser un sistema para que los muchachos se involucren y dejen las pandillas, drogas y el alcohol”.

Entiende la “bronca” que expuso el velocista Bruno Rojas cuando comunicó que se bajaba de los Juegos a causa de una lesión crónica que empeoró debido a la falta de un escenario para entrenar. Dice que el sentimiento es compartido, que “pesa” muchísimo el hecho de intentarlo constantemente y que el apoyo sea nulo. Más difícil se vuelve todo cuando hasta hace poco se había animado a alimentar la pequeña esperanza de una transformación en el país. Regresó con total optimismo de Colombia, en noviembre de 2017, después de competir en los Juegos Bolivarianos Santa Marta. Confió en que sus “buenas sensaciones” podían haberse convertido en algo tangible, pero dijo haberse topado con un “cachetazo sonoro”. “Atravesamos dificultades. A un mes para los Juegos seguimos en lo mismo y no hay una concentración sólida donde trabajar en conjunto. Desmotiva”.

Lejos de tirar la toalla antes de tiempo, lo que Sergio pretende es despedirse como un “rey”. Mostrar un buen combate es lo esencial. Lo ambicioso es el podio para quien tiene chances de toparse con el venezolano Yoel Finol, medallista olímpico en los Juegos de Río 2016 (ganó bronce).

Y aunque el hecho de tenerlo al frente podrá poner en riesgo su estantería de ilusiones de victoria, el cochabambino sabe que pelear con él no será cosa de todos lo días. Lo sigue por Instagram y gusta de su estilo. Sergio quiere bajarse como un campeón.