La reconocida pianista cochabambina Elizabeth Schwimmer falleció la noche del pasado lunes, debido a un tumor cerebral, en Guadalajara, México. Sus restos serán enterrados en la ciudad de Cochabamba.

La artista y gestora cultural murió debido a las complicaciones de un tumor cerebral que padecía desde hace unos años. Schwimmer fue operada el año 2016 por este problema en la ciudad de Guadalajara, donde reside su hermana. Este año regresó al occidente mexicano para hacerse los controles correspondientes, y los médicos descubrieron que el tumor seguía remanente. En el mes de marzo, realizaron una segunda cirugía, pero no se obtuvo los resultados esperados.

Los restos de la destacada pianista serán enterrados en la ciudad de Cochabamba, ya que ese era uno de sus deseos, señala Stella Pando Demartini, amiga íntima de Schwimmer.

Elizabeth Schwimmer Carrillo nació el año 1959. Es la mayor de cuatro hermanos: Carlos, Silvia, Sandra y Ruth. A sus 12 años, su familia se mudó a México, donde la artista comenzó sus estudios en el conservatorio de música de la Universidad Mexicana de Guadalajara. Después de cuatro años, obtuvo su primer título como Instructora de Música. En 1978, decidió irse a la Christian University Fort Worth, en el estado de Texas (EEUU), donde estudió piano con el profesor Tamas Ungar. Obtuvo la licenciatura en Piano a los 21 años de edad, más adelante cursó una maestría y años después retornó a Cochabamba, Bolivia.

En su regreso, emprendió el arduo reto de crear el Bachfest, un festival dedicado al estudio e interpretación de la música de Johann Sebastian Bach, y que hasta hoy sigue vigente. También se hizo cargo de la Fundación Arnoldo Schwimmer, que pertenecía a su tío. A través de esta institución impulsó actividades de fomento a la cultura y el arte.

Alexandra López, profesora de viola del Instituto Laredo, valoró a Schwimmer como “una de las personas más importantes para los músicos cochabambinos, ya que financió la llegada de importantes maestros para la formación de muchos. Fue un honor haber trabajado al lado suyo”.

“Elizabeth tenía muy claro su compromiso con el arte y el conocimiento. Ya sea desde el festival que organizaba con mucho esfuerzo, casi siempre personal, o compartiendo libros, películas o discos de manera desinteresada, siempre acompañados de charlas llenas de erudición y agudeza intelectual. Cumplía esta labor en silencio, sin afanarse, era reacia al autobombo. Además, supo ser bastante crítica con su propio entorno social y el ambiente cultural local, nunca desde el cotilleo cizañudo, sino desde la ironía inteligente y el interés por construir espacios menos acartonados y más diversos. Reflejo de esto es el Bachfest”, señaló el periodista cultural Mijail Miranda.

Por otra parte, su amiga íntima Stella Pando Demartini la describió como “una persona tenaz que trabajaba decididamente hasta alcanzar lo que se proponía”.

Persona tenaz

“Elizabeth era una persona tenaz que trabajaba decididamente hasta alcanzar lo que se proponía”, señaló Stella Pando.