Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:24

SENTIDO COMÚN

Valorar a la trabajadora

Valorar a la trabajadora
El 1ro de mayo se recuerda a los obreros que ofrendaron sus vidas por conseguir que la jornada de trabajo se redujera a ocho horas y por ello fueron declarados ¨Los mártires de Chicago¨. Es la base para que se recuerde esta jornada como el Día del Trabajo a nivel mundial. Si bien es cierto que esta lucha consiguió una jornada de ocho horas para los trabajadores; esto, y la seguridad social se aplica principalmente a los trabajadores formales.

¿Y cuál es la situación de aquellos que no gozan de la posibilidad de ingresar a una fuente de trabajo estable y que, además, se sobrecargan con sus responsabilidades cotidianas en el ámbito privado?

En general, en la mayoría de los casos, el trabajo doméstico y el de cuidado que realizan las mujeres significa que tienen, por un lado, un trabajo productivo para generar recursos económicos y, por otro, actividades reproductivas al interior del hogar para garantizar el funcionamiento de la casa, lo que representa un alargamiento de su jornada de entre 9 a 12 horas al día, porque ya son pocas las que se dedican a trabajar solo en el hogar.

Las labores domésticas y de cuidado son calificadas como invisibles, sin reconocimiento, sin pago, sin seguridad social, sin jubilación y, lo peor, "ni siquiera se considera trabajo, sino una obligación natural de las mujeres¨. No se registra ni valora como aporte para el bienestar material, psicológico y afectivo de las y los miembros de cada familia, porque produce bienes de uso y consumo fundamentales.

Por ello, es primordial que las mujeres sean consideradas y valoradas como trabajadoras y, por este doble rol, como explotadas; tanto por el sistema, como por los valores sociales que se tiene acerca de las responsabilidades de las mujeres. Sus actividades se traducen en una recarga que obstaculiza su activa participación en las diferentes esferas del ámbito público. Los trabajadores y los estudiantes no podrían asistir a sus fuentes sin el aporte de las mujeres en la reproducción de la fuerza de trabajo y de estudio.

A nivel legal, el artículo 338 de nuestra Constitución Política reconoce el valor económico del trabajo del hogar como fuente de riqueza, lo que constituye un avance teórico. Sin embargo, hasta la fecha no se avanzó para cuantificarlo e incluirlo en las cuentas nacionales. Además, los valores machistas influyen en las acciones de las autoridades y funcionarios, dificultando la ejecución de políticas públicas dirigidas a conciliar el trabajo remunerado con las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas.

Por tal razón, se puede afirmar que existen leyes favorables, pero la vida cotidiana de las mujeres no ha cambiado. Entonces es necesario decir enfáticamente que los avances legislativos deben ir acompañados de la transformación de mentalidades y valores que impliquen un cambio de actitudes y prácticas sociales y políticas de corresponsabilidad en relación al tema.

De esta manera, el 1ro de mayo también debe rendir homenaje y reconocimiento a las trabajadoras, valorar el trabajo al interior de los hogares y promover un reparto más equitativo entre hombres y mujeres. Asimismo, es oportunidad para demandar la corresponsabilidad entre el Estado, el mercado y las familias en relación al trabajo doméstico y de cuidado; y ayudar a transformar opiniones y conductas de nuestra población, que discriminan a las mujeres que son doblemente trabajadoras. Así avanzaremos en conseguir la igualdad de derechos y obligaciones de hombres y mujeres en las familias (Constitución Política del Estado. Art 62 al 64).