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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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¿Es peor el remedio que la enfermedad?

¿Es peor el remedio que la enfermedad?
Hay dos compromisos que escuché a la conclusión del Congreso de la Central Obrera Boliviana (COB), y desde ese tiempo esas noticias me taladran los sesos. Levantó la frente alta, recordando a mi gloriosa Central Obrera Boliviana y su accionar histórico.

Esos dos compromisos los pronunció el nuevo ejecutivo de la COB, Juan Carlos Huarachi, quien anunció con certeza que entre sus tareas políticas estarán: reforzar la presencia de la entidad matriz en la Asamblea Legislativa Plurinacional y tener un “bloque parlamentario” que responda a los intereses del movimiento obrero.

También dijo que se realizará trabajo de prioridad. “Vamos a construir el pliego único de la COB y tratar el incremento salarial, eso de entrada es un trabajo de prioridad”, afirmó.

Y me pregunto, ¿este líder sindical tendrá la varita mágica que no tuvieron sus ejecutivos antecesores? Haciendo reseña de los hechos en la época de Pedro Montes, se presentó un pliego único de los trabajadores y no tuvo sus efectos reivindicativos en favor de los trabajadores. En la época de Juan Carlos Trujillo, al pliego único lo petrificaron en sucintos proyectos de mesas de trabajo. Luego llegó la época de Guido Mitma y no hubo la más mínima intención de parte del Gobierno de entablar diálogo con el ente matriz de los trabajadores.

Y estoy seguro de que ellos también poseían, como el actual ejecutivo Huarachi, el Documento Político en apoyo al Proceso de Cambio liderado por Evo Morales. ¿Entonces, qué pasó? Los trabajadores estamos seguros que la COB nunca tomó decisiones para hacer respetar el pliego de los trabajadores. Ahora bien, en todas las etapas dirigenciales solo endiosan al Gobierno, lo que conlleva a una debilidad política de la COB. Estos aprovechan esta coyuntura para tomar decisiones políticas económicas-sociales para los trabajadores. Ejemplo claro, desecharon del pliego único consensuar el incremento salarial acorde al alza de la canasta familiar.

¿La postura política que asume Huarachi será para reivindicar derechos y sirva a los trabajadores? De ser así, estamos a las puertas de un milagro que por fin se dará cumplimiento al pliego único de los trabajadores postergado desde 2006, cuando embanderamos tener aprobada una nueva Ley General de Trabajo en concordancia a las exigencias de la COB.

Ahora bien, de no lograr los mencionados objetivos se puede predecir el ocaso de la Central Obrera Boliviana. La encrucijada de Huarachi está entre obedecer a su patrón o sumarse a las exigencias revolucionarias de sus bases. A las claras veo que “los integrantes del nuevo Comité no son revolucionarios”, están estrechamente ligados al Gobierno. ¿Qué futuro tiene la COB? ¿En qué quedó la tesis de Pulacayo? el “capítulo VII. Art.5.- independencia sindical. La realización de nuestras aspiraciones será posible si somos capaces de liberarnos de la influencia de todos los sectores de la burguesía y de sus agentes, de “izquierda”. La “sífilis” del movimiento obrero constituye el sindicalismo dirigido. Los sindicatos, cuando se convierten en apéndices gubernamentales, pierden su libertad de acción y arrastran a las masas por el camino de la derrota...”

Concluyo. Si el movimiento obrero no toma en cuenta estos enunciados, esta entidad matriz de los trabajadores será disuelta por el Gobierno y esto provocará un enorme daño a toda la estructura organizada del movimiento obrero.