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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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En el Día del Niño boliviano

En el Día del Niño boliviano
En el Día del Niño, recordar primero que todos hemos sido niños, con propias experiencias familiares, lo que se suele olvidar, envueltos en la vorágine de la vida adolescente o adulta.

Concluida la infancia, a los seis años, disfrutando la protección de todo el entorno, la niñez comprendida entre los 7 y 16 años, la preadolescencia (entre 11 a 16), puede ser la etapa más importante de la persona para su desarrollo.

Antes de los cambios, que son parodias del exterior, presenciamos partidos muy competitivos de fútbol en las categorías mascotas, pibes e infantiles, en las canchas del estadio Sudamericano “Félix Capriles”, algunos que culminaban antes de tiempo, por incidentes entre padres de familia.

Cuántos talentos se habrán extinguido, antes de concretar aspiraciones, por la excesiva presión de papás y mamás, alrededor del campo deportivo.

Don Tito Sagárnaga, expresidente de la Federación de Tenis, con el ingenio que le caracteriza, decía sarcásticamente que el deporte sería mejor practicado por huérfanos, observando la exagerada interferencia de algunos progenitores en la actividad deportiva de sus niños.

Ahora que se ha puesto de moda el prefijo sub para señalar “antes de”, por categorías, debe ordenarse desde la Federación que por lo menos hasta los 11 años de edad el fútbol, como cualquier otro deporte, tiene que ser estrictamente recreativo.

Una forma de precautelar los derechos del niño es eliminar las presiones que desvirtúan la esencia de las escuelas de fútbol, que en su afán lucrativo pierden el horizonte y pueden influir negativamente en su formación.

La jungla del fútbol no debe afectar a los niños, ni física ni sicológicamente, en una etapa importante de sus vidas. Los padres, como los responsables de su formación deportiva, deben ser sagaces para ubicar y orientar el talento, transmitiendo que si uno no es futbolista, con seguridad tendrá otra habilidad que le conducirá al éxito buscado.

En este día especial, a personitas queridas como Dhamar, Katherine, Axia, Camilita, Rafaelita y Jorgito, como a todos los niños de Bolivia, testimoniar públicamente mi ferviente deseo para que disfruten la bendición de una niñez feliz, lleguen a la adolescencia a prepararse para la vida adulta, con amor y comprensión.