Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 11:57

Sorpréndete Cochabamba

Sorpréndete Cochabamba
Cada cinco años acudimos a las urnas para elegir a nuevas autoridades municipales, oportunidad en la que tenemos la esperanza de que el próximo Alcalde sea mejor que el anterior y que pueda enmendar errores que cometió el que le precedió. Pero ¡Oh sorpresa!, nuestras esperanzas se diluyen al darnos de bruces con la realidad.

Nos sorprende la noticia de que Cochabamba sea la ciudad más contaminada de Suramérica y que no se haga nada para disminuir esas partículas, que suspendidas en el aire dañan nuestros pulmones. Nos sorprendemos porque nuestra ciudad se sigue llenando de carros obsoletos que botan dióxido de carbono, donde la Alcaldía tiene un rol importante para sacarlos de circulación. O cuando comprobamos que las calles se han convertido en campos de batalla, pues los conductores paran sus armatostes en la mitad de las calles, o cuando los motociclistas aparecen como bólidos y es difícil esquivarlos, o porque los choferes abren las puertas de sus movilidades y hacen volar por los aires a ciclistas y a motociclistas. Lo cierto es que hace falta una educación vial.

Otro asunto perjudicial son los desvíos por la construcción de obras de impacto, como el túnel de la Quintanilla, donde atravesar la zona crispa los nervios.

Nos sorprendemos porque el municipio ofrece ciclovías sin criterio, sin planificación, gastando recursos insulsamente porque las destruyen y las vuelven a implementar.

Nuestra Cochabamba nos sorprende por la cada vez menor cantidad de áreas verdes y arboledas, donde los principales depredadores de la vegetación son los funcionarios del Gobierno Municipal. Ejemplos de ello son: destrucción de árboles para construir el patinódromo de la laguna Coña Coña, para la construcción de graderías para el corso, o para dar más espacio a comerciantes en las calles. También hay responsabilidad del Gobierno Municipal por no cobrar multas a constructoras que destruyen especies protegidas como el molle y otras que tienen una sanción de 1.000 bolivianos por cada año de vida.

Nos impactan actitudes nada profesionales como el establecimiento de pantallas en el centro histórico, contra la normativa correspondiente, o la persistencia de instalar un centro de inspección técnica vehicular en el parque Excombatientes, contrario a la demanda de los y las pobladoras que exigen la conservación de su área verde.

Algo que duele a la población de manera profunda es el poco interés demostrado por la Alcaldía para resolver la distribución del agua, pese a que tenemos suficiente cantidad acumulada en Misicuni.

Otros cuestionamientos son ¿por qué las denuncias de excesos en los gastos de proyectos no se responden de manera transparente? Tales son, por ejemplo, la instalación del reloj de flores en Cala Cala, o las inversiones para el mantenimiento del puente de la Melchor Urquidi. Y lo más preocupante es la última denuncia por posible sobreprecio de las mochilas para los estudiantes, y nos preguntarnos ¿por qué se dio preferencia a importarlos de China a través de una empresa cruceña, en lugar de dar trabajo a empresas cochabambinas?

Frente a estas observaciones, que por derecho corresponde a la ciudadanía, los representantes de la institución contestan con mofas, con amenazas de iniciar procesos penales o con agresiones por parte de grupos fascistas, para hacer callar a quien osa cuestionar irregularidades.

La gente está molesta y pide que el Gobierno Municipal sea más coherente con su responsabilidad de servir al pueblo y así dejaremos de sorprendernos por los malos vientos.