Entre ayer y hoy un total de 267 inmigrantes serán llevados a las ciudades de Sao Paulo y Cuiabá en aviones de la Fuerza Aérea Brasileña en una iniciativa del Gobierno federal y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El primer vuelo despegó este jueves con 116 venezolanos con destino a Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil y donde serán acogidos en refugios temporales.

Otros 69 venezolanos llegarán el viernes a la ciudad de Cuiabá, capital del estado de Mato Grosso, y otros 83 también a Sao Paulo.

El proceso de interiorización fue una estrategia adoptada para proporcionar mejores condiciones a los inmigrantes venezolanos que quieren vivir y trabajar en Brasil.

Con ese objetivo, el Gobierno federal, con apoyo técnico del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y de la Organización Internacional de Migración (OIM), buscó vacantes en refugios de alcaldías, gobiernos regionales y de la sociedad civil para recibir a los inmigrantes.

Los inmigrantes venezolanos que se adhirieron de forma voluntaria a este proceso aceptaron dejar Roraima para buscar nuevas oportunidades en otras ciudades.

Los venezolanos pasaron por regularización migratoria ante la Policía Federal -por medio de solicitud de refugio o de residencia temporal- y todos fueron inmunizados frente a enfermedades como sarampión, paperas, rubéola, fiebre amarilla, difteria, tétanos y tos ferina.

La mayoría de los inmigrantes que desembarcaron ayer en Sao Paulo (83) fueron llevados a un refugio administrado por la Alcaldía Municipal, otros 29 fueron a un refugio administrado por la sociedad civil y los restantes a un lugar de acogida de la gobernación regional.

Se tiene previsto que este viernes a las 3.30 hora local (6.30 GMT) ya habrán sido transportados todos los inmigrantes que se acogieron al proceso.

La interiorización no tendrá costo para los venezolanos. Los viajes serán sufragados con los 190 millones de reales (57,6 millones de dólares) liberados al Ministerio de Defensa por medio de una medida provisional que trata de la asistencia de emergencia y acogida humanitaria de las personas que dejaron a Venezuela.

Recientemente la Organización de Estados Americanos (OEA) le había solicitado al Gobierno brasileño incluir en sus programas de capacitación e inserción laboral a los miles de inmigrantes venezolanos que han ingresado a Brasil en los últimos meses huyendo de la crisis en su país.

Por la crisis de Venezuela, unos 50.000 ciudadanos de ese país han llegado a Brasil por la frontera del estado de Roraima para vivir y trabajar en el gigante suramericano.

La mayoría de ellos se encuentran asentado en la ciudad de Boa Vista, capital de Roraima y donde viven hacinados en pequeños albergues o en las calles de esta ciudad.