Un niño de siete años fue quemado con agua hirviente por su madre, en la ciudad de El Alto. El pequeño tiene 35 días de impedimento. La progenitora ya fue aprehendida y será imputada por el delito de tentativa de infanticidio.

Fue el tío del niño el que sentó denuncia en el Distrito 3 de la urbe alteña. El hombre contó que el niño había comido unos trozos de carne que su madre había guardado y no lavó su ropa . La mujer estalló en ira. Para castigarlo, tomó una olla en la que hervía agua y le arrojó el contenido a la criatura. Pese a que él sufrió quemaduras de primer, segundo y tercer grado en el cuello, hombro, brazos y parte del rostro, no se quejó y obedeció cuando su mamá le ordenó que lavara su ropa. Entonces, el tío llegó y se dio cuenta de las graves heridas que tenía el pequeño y lo llevó al hospital Boliviano Holandés.

La madre, de 24 años, fue detenida por agentes de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) y en entrevista con Bolivisión, admitió que ella quemó a su hijo en un arranque de ira. También dijo que si debía ir a la cárcel, lo haría sin miedo.

Ya antes ella fue denunciada por violencia contra el menor, pero él dijo que se había fracturado el brazo al caerse. En esta ocasión también intentó proteger a su madre diciendo que se quemó accidentalmente.

Los médicos dijeron que el niño tiene el 17 por ciento de su cuerpo quemado y que necesitará tratamientos largos y hasta cirugías.