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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Los animales nos hacen más humanos

Los animales nos hacen más humanos
No, no he querido ver las imágenes del biocidio cometido por unos adolescentes días atrás, ni siquiera he podido escuchar la historia completa que con morbo circulaba por el aire en las calles cochabambinas… pensar en eso me provoca una serie de emociones que me llevan al vómito.

Este tipo de acciones sumado a otras conocidas durante los últimos meses, se ubica en el extremo de la crueldad humana y se hacen evidentes las palabras del escritor Pérez-Reverte cuando afirma que "cada vez que desaparece un animal silencioso, bueno y leal" este mundo "de mierda resulta menos generoso, menos habitable y menos noble".

La crueldad y la falta de sensibilidad nos hacen menos humanos, nos acercan más al salvajismo, no al salvajismo animal que es natural, sino a la bajeza a la que podemos arribar cuando nos creemos amos y señores del mundo por el simple hecho de ser “racionales”.

El otro extremo lo habitamos constantemente, a veces sin darnos cuenta, en los momentos en los que confundimos a nuestras mascotas con personas. En ciertas ocasiones olvidamos que cerca de nosotros existen personas tan pobres que serían capaces de comerse los mendrugos de nuestra mesa.

La explosión de pet shops con ropa para mascotas, prendas más caras que las que usan mis hijos; comida exclusiva Premium, vajilla incluida… nos pueden hacer perder el norte. Los animales son animales, esa es su naturaleza, y como tal hay que respetarla y darles las condiciones apropiadas para esa vida.

Cuando un perro hambriento asalta el ganado de una persona, como sucedió el año pasado en Itocta, o hurta, o ataca a alguien, además de violar los derechos de los afectados, también es víctima. Sus amos no son capaces de hacer cumplir sus derechos, de darle un ambiente saludable y protegido, como lo establece la Ley 700, de resguardarlos contra todo tipo de violencia, maltrato y crueldad, porque no se sabe qué puede pasar fuera de casa.

Por mi barrio hay muchos perros en la calle, cuando uno llega de noche, es peligroso caminar desde la esquina hasta la casa, porque un montón de ellos comienzan a ladrar y amenazan con atacar. ¿Quién hace cumplir mi derecho de vivir seguro y en paz? Si en la mañana quiero salir a correr o siquiera a manejar bicicleta es casi imposible porque cada tanto uno o más perros amenazan con morderme. ¿Por qué sus dueños no velan por el bien de sus mascotas y del resto de los vecinos? ¡Ni qué decir de sus excrementos! ¿Existe alguien en este país que, como en cualquier lugar del mundo, recoja la caca de sus perros cuando los sacan a pasear por los parques públicos?

Con todo, una relación equilibrada con los animales nos llevará a ser más humanos. Conozco un lorito en Agroflori (un refugio de animales), que vive solito porque su pareja murió y él está dispuesto a llevar su fidelidad hasta la tumba. Esto me recuerda a una famosa frase del autor del Quijote, don Miguel de Cervantes: “Ha habido perros tan agradecidos que se han arrojado con los cuerpos difuntos de sus amos en la misma sepultura. Otros han estado sobre las sepulturas donde estaban enterrados sus señores, sin apartarse de ellas, sin comer, hasta que se les acababa la vida”. Los animales nos humanizan ayudándonos a ser mejores personas, tenemos mucho que aprender de ellos y mucho por preocuparnos por ellos.