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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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EN SIETE PENALES, HAY 2.736 PRIVADOS DE LIBERTAD Y 238 UNIFORMADOSEN LAS CÁRCELES DE LA LLAJTA HAY UN POLICÍA PARA 12 RECLUSOS

El Abra sigue igual y en penales de la Llajta hay 1 policía por cada 12 reos

Los estándares internacionales señalan que cada agente debe encargarse de dos presos. Régimen Penitenciario admite que el personal “es insuficiente y que el trabajo no es efectivo”.<BR>
El Abra sigue igual y en penales de la Llajta hay 1 policía por cada 12 reos



La muerte de ocho reclusos de Palmasola (Santa Cruz), en un operativo para que la Policía tome el control de un pabellón “gobernado” por los presos, sacó a la luz, una vez más, la falta de seguridad dentro de los penales del país. Cochabamba no es la excepción. En las cárceles un policía debe encargarse del resguardo y seguridad de hasta 12 reos. 

Los estándares internacionales señalan que un uniformado debe controlar a dos reclusos.

En El Abra, San Antonio, San Sebastián varones y mujeres, San Pablo (Quillacollo), San Pedro (Sacaba) y Arani (Valle Alto), están detenidos 2.736 hombres y mujeres.

La población de internos, que fluctúa con cierta regularidad, está en manos de 238 policías. La mayoría (65) permanece en el único penal de máxima seguridad de Cochabamba, donde hay 712 internos. Pese a que el San Sebastián varones solo alberga un recluso menos, es decir, 711, la seguridad está en manos de 56 uniformados.

En San Antonio, que tiene a 462 reos, ese trabajo lo realizan apenas 38 efectivos, repartidos en dos grupos. En San Pablo, con una población de 350 reos entre mujeres y hombres, hay 22 agentes que también se organizaron en dos grupos.

En la cárcel de San Sebastián mujeres, donde hay 235 reclusas, la seguridad está en manos de 38 policías para mantener el orden dentro y fuera del recinto.

En San Pablo, la tarea de resguardo está a cargo de 14 efectivos. En Arani, que es considerada como una carceleta, 5 agentes mantienen el control de 34 privados de libertad.

INSUFICIENTE La directora departamental de Régimen Penitenciario, Tatiana Aguilar, reconoció que el número de policías encargados del orden y seguridad en los siete penales de Cochabamba “no es suficiente”.

Añadió que, pese a la falencia de personal para la seguridad interna y externa de los recintos, Régimen Penitenciario coordina con el Comando de la Policía y con los gobernadores de las cárceles para “doblar los esfuerzos”.

“Los uniformados realizan las tareas para dar seguridad interna y externa, pero no es efectiva”.

Acotó que para mejorar la seguridad, solo en El Abra, se necesitaría tener unos 150 efectivos.

EN EL INTERIOR Aguilar indicó que el control policial no solo se limita a la puerta de ingreso a los penales, sino que también “vigilan” el interior.

Esa tarea es más “fácil” en El Abra porque tiene las características de un centro de reclusión. En las otras cárceles es más complejo porque son espacios improvisados. Sin embargo, “siempre hay mecanismos para hacerlo”.

Esa versión contradice con la que dio a este medio de comunicación el representante de la Asamblea de Derechos Humanos en Cochabamba, Edwin Claros, quien aseguró que no existe control policial dentro de los penales.

“Sabemos que no son centros penitenciarios. No tienen las mínimas condiciones, pero no podemos dejar de lado el tema del control y la seguridad”, sostuvo.

Añadió que las autoridades gubernamentales deberían agilizar la construcción de verdaderos reclusorios, donde los policías tengan condiciones para realizar su trabajo y que los reos vivan con “dignidad, porque el único derecho que han perdido es la libertad, los otros están intactos”.

DESDE LA CALLE Basta llegar a la puerta de los centros penitenciarios, a excepción de El Abra, para darse cuenta de la precariedad en la que trabajan los policías encargados de mantener el orden dentro de los penales. Es lógico, porque esos lugares fueron casas y mercados que se “acondicionaron” para albergar a miles de privados de libertad.

En pequeños espacios, oscuros y, hasta mal olientes, como sucede en San Sebastián varones y San Antonio, los uniformados tienen que desempeñar sus funciones y dormir. Han improvisado una carpa en el frontis del reclusorio para habilitar un comedor. Similar situación se tiene en San Antonio.

Aguilar dijo que lamentablemente “se tienen que acomodar” ante la falta de infraestructura.

“No solo tienen problemas (los uniformados) por la falta de ambientes, sino también por la carencia de equipamiento”.

Añadió que hay que reconocer que los policías trabajan en situaciones precarias.

Y no es que los reclusos estén en mejores condiciones, están aún peor, pero es evidente que, considerando que las cárceles están en zonas urbanas, sería aconsejable que esas dificultades sean superadas.

La directora de Régimen Penitenciario indicó que, pese a todas las deficiencias de infraestructura y equipamiento, en las cárceles de Cochabamba hay “una pacífica convivencia” y, por eso, no se tienen eventos de violencia como sucede en otros departamentos del país.



30 Millones

Se prevé edificar un complejo carcelario en Arani. La Alcaldía donó un terreno de 16 hectáreas que debe ser saneado y transferido al Ministerio de Gobierno. La obra demandará una inversión de 30 millones de dólares.

Refuerzo

Autoridades policiales dijeron que los controles en los penales son reforzados, en la parte externa, por patrulleros.

Datos

Otro sistema

* En Perú, el control y seguridad de los centros penitenciarios no están en manos de la Policía. Esa tarea está a cargo del Instituto Nacional Penitenciario (INPE). Esa dependencia estatal tiene el Centro Nacional de Estudios Criminológicos y Penitenciarios (Cenecp) que se encarga de capacitar y preparar al personal que vigilará y controlará las cárceles.

* Tiene entrenamiento en criminología, resolución de conflictos y, por supuesto, están capacitados y autorizados para utilizar armas de fuego, si fuera necesario.

* En ese grupo hay varones y mujeres.

* La Policía ayuda en el control externo e interviene en casos de amotinamientos u otro tipo de eventos violentos.

* También hay problemas de hacinamiento.

* Si bien la mayoría de reclusorios fue construido para cumplir con ese objetivo, hay varios que, por el paso del tiempo y la sobrepoblación, ya no reúnen las condiciones para albergar a los privados de libertad.