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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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BOMBA DE TIEMPO

A casi 4 años de la matanza, El Abra sigue sin cámaras y policías

Cinco reclusos de Palmasola estarán destinados al penal cochabambino. Uno de ellos era “mano derecha” de El Otti, el mandamás del PC-4. Ayer hubo una requisa en la Llajta.<BR>
A casi 4 años de la matanza, El Abra sigue sin cámaras y policías



A casi cuatro años de la matanza en el penal de El Abra, las promesas de las autoridades nacionales y departamentales han quedado en nada. La cárcel “más segura” de Cochabamba sigue sin cámaras de vigilancia y el número de policías que custodian a reclusos de gran peligrosidad sigue siendo ínfimo.

El 14 de septiembre de 2014, en una fiesta organizada por el gánster de la Llajta y delegado de la cárcel Édgar Ariel Tancara, varios internos encapuchados lo asesinaron junto a sus guardaespaldas. Luego, otro grupo linchó al presunto líder del primer ataque. En total, fueron asesinados seis reclusos (el sexto murió luego de varios meses de agonía en un hospital) y resultaron heridos 20, entre civiles, y reclusos.

Esa noche, solamente 23 policías custodiaban a 544 reclusos. Hoy, la situación no es distinta. Según la directora de Régimen Penitenciario, Tatiana Aguilar, la cárcel de El Abra tiene actualmente 712 reclusos y solamente 65 efectivos están asignados a la seguridad de este penal. El número es insuficiente e impide que los policías puedan efectuar un control en el interior del penal.

La matanza de 2014 permitió descubrir que, entonces, la mafia de El Tancara se había aliado a policías, funcionarios de Régimen Penitenciario y a una jueza de Ejecución Penal, para torturar y extorsionar a los reclusos. Los negociados hechos con drogas, madera, alcohol y mujeres movían miles de dólares.

La corrupción permanecía en la oscuridad gracias a que las autoridades no cumplieron con su deber de instalar cámaras para vigilar patios y pabellones. Por ello, no había registro de cómo pasaban el alcohol, las drogas, las armas ni de cómo se las guardaba en depósitos subterráneos construidos especialmente para ello.

Después del 14 de septiembre de 2014, autoridades nacionales y departamentales lamentaron las muertes, los heridos, y juraron instalar al menos 20 cámaras y un centro de monitoreo en El Abra, “para que nunca más se repita la tragedia”. El 18 de junio de 2015, la Gobernación de Cochabamba prometió destinar recursos con parte del presupuesto de seguridad ciudadana, para garantizarlas e instalarlas en las áreas de requisa de visitantes, el muro perimetral, las canchas y las celdas.

La Gobernación no cumplió. El representante del Defensor del Pueblo en Cochabamba, Nelson Cox, confirmó ayer que no se ha cumplido con este deber.

“No han instalado cámaras. Tengo una minuta oficializada, dirigida, en julio de 2017, a Willy Cabezas, de Seguridad Ciudadana, recordándole el incumplimiento y pidiendo que se las instale. En agosto me respondió que no había presupuesto y que iban a proponer se destine dinero en el presupuesto de septiembre, pero hasta la fecha no hay nada”. Las cinco cámaras que no funcionaban en El Abra, por falta de un servidor y una reparación, siguen sin ser reparadas porque no existe presupuesto para mantenimiento.

Tras la matanza, el Ministerio de Gobierno habló de adquirir un escaner para detectar el paso de armas y drogas en las puertas de ingreso, pero tampoco se ha cumplido.

GOLPIZAS El año pasado, al menos seis internos de El Abra fueron hospitalizados en el Viedma, tras recibir golpizas. En primera instancia, señalaron a los delegados como los autores. Nelson Cox abrió una investigación porque durante la gestión de El Tancara, los reos eran frecuentemente internados con fracturas y ese era un indicio de las torturas infligidas por la mafia, para extorsionar a sus familias con el pago del “derecho de vida” y el “derecho de piso”.

Sin embargo, el año pasado, los seis reclusos hospitalizados decidieron retirar sus denuncias penales. La Defensoría del Pueblo está alerta ante cualquier nuevo indicio de torturas.

Cox también se refirió al hacinamiento de reclusos. “Existe. Los pabellones están llenos y hasta los pasillos son usados para dormir”. Está en etapa de construcción un nuevo pabellón de tres niveles que albergará al menos a 120 reos. “Habrá la infraestructura para cumplir con la ley. Hay que hacer la clasificación penitenciaria y dividir a los detenidos preventivos de los sentenciados. Ahora es cuestión de decisión”, dijo el representante de la Defensoría.

Cox dijo que lo sucedido en Palmasola es un mensaje simbólico “y torpe” para todos los reclusos del país.

712 reclusos

están encerrados en El Abra. Solamente 65 policías los custodian. Ante la insuficiencia de agentes, los reos velan por la disciplina.

Traen 5 reos de Palmasola a la Llajta y hubo requisa

Un total de cinco reclusos de Palmasola serán traídos a la cárcel de El Abra. Tres ya llegaron y, en las próximas horas, arribarán otros dos. Uno de ellos, Marco Alejandro Carrillo Gil, era el subregente general del pabellón PC-4. Es decir, la mano derecha de Víctor Hugo Escóbar alias El Otti, el mandamás del penal cruceño.

Estos reclusos serán aislados al llegar a El Abra. Ayer hubo una requisa allí y los policías encontraron sobres con droga, bates y armas blancas artesanales, hechas con reglas metálicas y tenedores. No hubo resistencia de los privados de libertad. La cárcel cochabambina tiene nuevos delegados, desde hace algunas semanas. Tomás Zenteno es el delegado general; Jorge Aparicio el subdelegado y Gabino Delgado el secretario.

El representante del Defensor del Pueblo, Nelson Cox, dijo que estará atento a que no se generen nuevas pugnas de poder en El Abra y otras cárceles. Sostuvo que en ningún penal se debe permitir que los internos estén a cargo de la disciplina interna porque “ese es el nido de la corrupción, la extorsión y la razón de las torturas. Eso debe desterrarse”, concluyó.