Hakon Olsrud no olvidará los Juegos Paralímpicos de PyeongChang. En ellos ganó un bronce en los 20 kilómetros libres de biatlón, una medalla que habrán celebrado con entusiasmo los alumnos de matemáticas a los que da clases en una escuela.

Olsrud nació con una deficiencia (dismelia) en su mano derecha. El esquí es su principal ocupación fuera de su trabajo como profesor a tiempo parcial en un colegio secundario en Lillestrom, a 20 kilómetros al este de Oslo.

En 2014 compitió en los Juegos de Sochi, a los que llegó tras romperse el cuello y la espalda en un accidente de bicicleta en el puerto del Mortirolo, en Italia. En la ciudad rusa quedó lejos de las medallas, algo que, unido a su enfermedad, le hizo pensar en dejar el deporte.

El maestro de matemáticas Hakon Olsrud no contaba con ganar su primera presea paralímpica en Corea del Sur. Se derrumbó al cruzar la línea de meta, se dio la vuelta para asegurarse que era realidad y de sus ojos brotaron lágrimas.

“Es un cuento de hadas. No tengo el vocabulario para describir esto. No soy bueno con las letras. Solo soy un pobre profesor de matemáticas al que se le dan bien los números”.

En la carrera, el noruego se centró en mantener un ritmo rápido, comparándose con un motor diésel. Cayó al final, solo vencido por el ucraniano Ihor Reptyukh.

1ª

conquista paralímpica Hakon conquistó en Corea del Sur su primera presea paralímpica. Apenas acabó su presentación, giró para dar crédito del buen momento.