Realmente nada nos hace ver la realidad del mundo si uno no está en el mismo lugar de los hechos. Jamás podríamos ver la verdad si no visitamos las ciudades.

Si uno va a la Argentina, por ejemplo, y en mi caso ya van dos años que visité esa nación, no puede creer cómo la gente puede vivir con esos precios que son equiparables a los de Japón, donde el salario es casi cinco veces más alto que en Argentina.

El transporte mínimo en colectivo es de casi seis bolivianos, y tomar taxi es para ricos, solo la bajada de bandera (es cuando uno sube al vehículo) cuesta 16 bolivianos, así uno vaya un metro.

Los precios son de locura. Para comer, sobre todo en el sector de Puerto Madero, un plato sale como mínimo 70 dólares.

Otra de las preocupaciones de los turistas son los asaltos y crímenes que hay a diario, ya que se asesina cada 33 horas a una mujer.

Un atraco con muerte se produce cada 42 horas. Nadie entiende cómo hay varios exfuncionarios corruptos, comprobados, pero que siguen libres.

Al contrario, Paraguay es de destacar, porque cambió totalmente. Hay hoteles de lujo y turísticos que aparecieron y son tan lindos y completos como en cualquier país adelantado. Se puede conseguir a precios muy convenientes todos los adelantos de la tecnología moderna o todo lo último de la ropa actual femenina. Ese país tiene un clima un poco cálido, pero una seguridad para circular sin problema, por la efectividad que dan sus autoridades y, lo más importante, precios al alcance de los turistas. Algo que hay que destacar es que los paraguayos son orgullosos de su idioma original, el guaraní que todos lo hablan, no como en nuestro país que a la mayoría le da vergüenza dialogar en aimara o quechua (únicos idiomas que no tienen la palabra gracias).

En Venezuela estuve dos veces el año 2017. No puedo decir que haya cosas para botar, pero en los muchos restaurantes se come bien y a precios bajos. Pero lo que no se entiende es que en CNN cuesta casi 6.000 dólares el minuto y hacen propaganda de McDonald’s, de fábricas de salchichas, remedios y otros productos que, según la misma cadena televisiva, no hay qué comer. Es para no entender. Los destinos en el Caribe y Centroamérica se volvieron muy atractivos, por sus hoteles y su belleza natural. Lo que es de destacar son los precios porque bajaron en todos los rubros. Que esto les sirva a nuestros lectores que están por viajar o planear vacaciones. Aquí ya tienen una guía.