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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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DESDE AFUERA

Género, empleo y felicidad, una revisión de los conceptos

Género, empleo y felicidad, una revisión de los conceptos
Hoy en día, en la mayoría de las empresas se considera que la felicidad de los trabajadores es algo relevante para el negocio, pues contribuye a aumentar su productividad e incluso a reducir los costes asociados a una elevada rotación de los mismos.

Sin embargo, cuando los empresarios se proponen llevar a cabo acciones para mejorar los niveles de felicidad de sus empleados, dudan de cuáles sean los mecanismos más efectivos para lograrlo. Para aportar un poco de luz, quizá debamos ir al punto de partida y tratar de averiguar qué es la felicidad y cómo se origina.

¿Qué es la felicidad?

Mayoritariamente, se entiende por felicidad un estado emocional de bienestar; una actitud positiva que afecta a todos los aspectos de nuestra vida. Las personas felices son más seguras y decididas, afrontan la adversidad con mayor confianza, cooperan más fácilmente, están más conectadas socialmente y saborean sus experiencias pasadas positivas sin pensar en lo negativo. En lo que los estudiosos discrepan es en los factores de los que depende la felicidad.

¿Qué causa la felicidad?

En estudios realizados a finales del siglo pasado, autores como Diener, Sandvik, Pavot y Fujita concluyen que la felicidad se produce a partir de experiencias gratificantes que generan emociones positivas; experiencias que disciplinas como la psicología o la sociología tratan de desentrañar.

Según las últimas encuestas sobre felicidad, realizadas por la organización Gallup, el salario, la educación y la salud contribuyen en gran medida a aumentar los niveles de felicidad de un país. Esto explicaría por qué Noruega, Dinamarca, Islandia y Suiza (que gozan de mejores ingresos, salud y ayudas para el cuidado de los hijos y la educación) ocupan los primeros puestos en el último informe global de la felicidad de las Naciones Unidas (2017). Sin embargo, ello nos lleva a preguntarnos por qué, en otros países, mujeres con peor salud, ingresos y/o educación que los hombres son más felices que estos.

¿Qué otros factores determinan la felicidad?

La felicidad de las personas depende en gran parte de factores internos como el optimismo. Una actitud optimista nos permite tener mayor seguridad en nosotros mismos y dejar atrás el pasado para afrontar el futuro sin miedos. A este respecto, existen fórmulas para centrar la atención en las cosas positivas que nos suceden en el día a día.

También obtenemos felicidad de nuestro propio cerebro, al generar nuevas conexiones neuronales, gracias -por ejemplo- a la meditación o a los ejercicios de neuroplasticidad.

Pero al tratar sobre los factores internos que influyen en nuestra felicidad, no podemos olvidarnos de la genética. Y no solo porque de ella depende nuestra predisposición al optimismo, por ejemplo, sino porque la felicidad es una cuestión de género.

Género y felicidad

Existen evidencias de que el género femenino se siente ligeramente más feliz que el masculino. Ya lo apuntaban investigadores como Wood, Rhodes y Whelan (1989) y Mookherjee (1997), al señalar que el género es una de las principales variables sociodemográficas que determinan los niveles de felicidad, junto con la edad, el estado civil y los ingresos.

Tomado de la agencia EFE