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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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SENTIDO COMÚN

8 de marzo: Del cambio a la transformación

8 de marzo: Del cambio a la transformación
El 8 de marzo que es el Día Internacional de la Mujer es necesario que todos y todas sigamos conservando los sueños y las esperanzas de tener una mejor calidad de vida para la población y, especialmente, para las mujeres del Estado Plurinacional.

Hasta el momento, en nuestro país hemos conseguido cambios importantes, desde la visión y presión de las mujeres, tanto en la Constitución Política del Estado como en las nuevas leyes implementadas por el Gobierno. Es bueno registrar que somos el segundo país del mundo que tiene la mayor cantidad de mujeres en los legislativos del poder político, después de Ruanda.

La lucha de las mujeres, por cambios en la legislación para conseguir mayor inclusión y políticas que las beneficien, ha tenido una respuesta positiva en el Estado, con la aprobación de la Ley 348 Para Garantizar a las Mujeres una Vida sin Violencia, de la Ley 243 Contra el Acoso y Violencia Política, más la Ley 045 Contra el Racismo y toda forma de Discriminación y la Ley 263 contra la Trata y Tráfico de Personas. Estas leyes, junto a otras, constituyen un sistema normativo que favorece a las mujeres y se orienta a enfrentar la Violencia y la discriminación de que son objeto.

Por otro lado, apreciamos los avances en las políticas públicas como el bono que disminuyó las muertes maternas, o los esfuerzos para mejorar los Derechos Sexuales y Reproductivos, y para evitar el abandono de la escuela por parte de las niñas, y otras políticas de avanzada desde el enfoque de género.

Si los hombres políticos persiguen lograr mejores condiciones de vida para la población, no pueden dejar de considerar las especificidades de las necesidades de las mujeres, así como también deben tomar en cuenta los sueños y utopías para una sociedad de iguales.

Sin embargo, persisten resabios del sistema Patriarcal, tanto en el ámbito público como en el privado. En el ámbito privado, este sistema tiene su expresión en la violencia doméstica contra las mujeres, que en muchos casos causan muertes brutales, como son los feminicidios. No podemos concebir ni justificar el odio misógino que infligen estos hombres, hasta lograr el mayor daño posible a las compañeras de la vida.

En el ámbito público, la violencia contra la mujer se expresa en subvaloraciones, discriminaciones (en algunos casos chistes machistas), que no garantizan a las mujeres las mismas oportunidades que a los varones.

Por tales razones, el 8 de marzo debe ser un día para ratificar el compromiso de buscar una sociedad más justa, luchando juntos hombres y mujeres para cambiar los imaginarios conservadores y la injusticia en que viven las mujeres. Debemos luchar para despatriarcalizar nuestras mentes, la sociedad y el Estado.

No habrá profundización del proceso de cambio, si no está acompañado de transformaciones en los patrones patriarcales de comportamientos opresores en contra de las mujeres. Entonces, urge trabajar en los imaginarios colectivos que subvalorizan y discriminan a más del 50 por ciento de la población.

Nuestra meta debe orientarse a hacer realidad la construcción de relaciones armónicas entre mujeres y hombres y de estas con la Madre Tierra. La construcción del Estado socialista y comunitario tiene que ir junto a la revolución por la equidad de género, requisito indispensable para lograr el sueño de Vivir Bien en nuestro territorio.