Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 06:46

Liz, la “case” de chorizo y api que apuesta por el basquet

La comerciante, que se declara “100% quillacolleña”, es emprendedora e invierte en el Club Henry. Dice que el deporte es el mejor regalo para los jóvenes. Los jugadores la quieren.
Liz, la “case” de chorizo y api que apuesta por el basquet



Liz Henry Alvarado abre su negocio de comidas a las 6:00. El horario en el que su choricería se dispone a recibir a los comensales quillacolleños permite deducir que la comerciante madruga en demasía. La oferta matutina para sus clientes, la que aparece para funcionar como suerte de “gancho”, es un api con pasteles. La propuesta siempre va acompañada por una generosa sonrisa y un cálido “sírvete, waway”.

Desde las 9:30 hasta las 15:00, el menú es otro. Es en dicho ínterin cuando la “case”, de 50 años y madre de tres hijos basquetbolistas, saca su sartén gigante para hacer su especialidad: los chorizos. Esto, además del fricasé y la chhanqa de pollo, que también gustan. En la noche (desde las 18:00 hasta la medianoche), prepara sánguches mixtos.

Esa mujer, que trabaja hace 30 años en el emprendimiento familiar que comenzó su madre, Juanita (como ella misma se refiere a la llallagüeña con pasado minero), es la misma que invierte el dinero que ingresa por las ventas del día y lo destina a reforzar al Club Henry, que se alista para disputar la Liga Superior de baloncesto y que aspira a ascender a la Liga Boliviana de Basquetbol (Libobasquet).

Es la misma, también, que reconoce que no se trata de un negocio grande, pero que su “amor por el deporte y por la juventud es tanto, que Dios siempre bendice”.

El fin de semana pasado, Liz pagó más de 4.600 dólares en los pasajes aéreos de tres refuerzos estadounidenses, que ya se sumaron al equipo: Tyrone Wooten, Diondre Pratt y Octreyvius Roebuck.

“Todo lo pagué yo. Esto será un recuerdo para mis hijos y mis jugadores. Que sea un ejemplo de que todo se puede en esta vida, pero con una intención muy buena. Siempre llevaré al deporte como bandera. No siempre hay que esperar a recibir. Se debe dar para recibir”.

DEPARTAMENTO CON TODO Los refuerzos de EEUU están cómodos. De hecho, Liz le pidió a su hermano que la ayudara en la construcción de un departamento con todas las comodidades para que los basquetbolistas se “sientan como en casa”. Ellos estrenaron la vivienda.

La “case” cuenta que siempre estuvo vinculada al deporte. Antes, apoyaba al fútbol, pero al ver que sus hijos, Luis Daniel, Jorge Salvador Nieto y Jorge Guillermo, prefirieron la canasta, ella se volcó también por el basquet.

Había dado su palabra de echar a andar el proyecto deportivo y cumplió su palabra. “El club se conformó el 29 de agosto de 2014. Son cuatro años en los que mis jugadores se propusieron llegar a esta fase. Se logró. Mi obligación era, nomás, cumplir el compromiso de hacer los gastos respectivos si alcanzábamos esta instancia”.

Con la juventud como prioridad, Liz es hija de una potosina y de un costarricense. “Soy netamente quillacolleña, de Cota, con orgullo”, asegura, quien el sábado pasado estuvo en el aeropuerto Jorge Wilstermann para encontrarse con los refuerzos.

1 Día se retrasará el inicio de la Liga Superior, en Quillacollo, debido al paro por el 21F. El torneo comenzará el viernes.

Antes apoyaba al fútbol

Van cuatro años desde que Liz Henry Alvarado decidió ponerle todas sus fichas al baloncesto. Antes, sus esfuerzos iban dirigidos al balompié.

Al notar que sus hijos optaron por volcarse de lleno al juego del basquetbol, Liz también lo hizo.

“Antes, estaba integrando equipos de fútbol. Me encontraba muy metida, pero mis tres hijos (Luis Daniel, Jorge Salvador Nieto y Jorge Guillermo) se decidieron por el basquet. Ellos juegan en el equipo. He tenido que apoyar, nomás (risas)”.

Ansía que el Club Henry consiga el boleto para ser parte de la Liga Boliviana de Basquetbol (Libobasquet), pues también es el deseo de sus descendientes, que le dan “una mano” en la venta.