Mauricio T. caminaba por la acera en una calle céntrica de la ciudad, cuando tropezó con un pequeño desnivel que había en el ingreso de un garaje y cayó bruscamente. El hombre, de 74 años, se fracturó la nariz, una doble fractura, y tuvo que ser hospitalizado.

El adulto mayor estaba en un charco de sangre cuando fue levantado del piso. El accidente ocurrió hace un año y ahora sufre todavía las consecuencias de la caída porque tiene dificultad para respirar.

Pero este no es el único caso. María Eugenia Carvajal sufrió una caída en la calle General Achá, entre Junín y Ayacucho. La mujer de 54 años caminaba por la acera sur y no se percató de que en el ingreso a un instituto había un desnivel. Sufrió un tropezón y llegó de bruces al suelo.

Ana C., de 75 años, cayó en el sector de La Recoleta. A causa del golpe, su rodilla se hinchó tanto que tuvieron que operarla en una clínica particular.

Providencialmente, según sus palabras, ningún vehículo circulaba en ese momento por la calle, y dos peatones, que venían tras ella en el momento del accidente, la auxiliaron. La mujer se levantó con cierto esfuerzo y se alejó del lugar con un dolor fuerte en sus dos rodillas.

Las aceras del Casco Viejo de la ciudad se han convertido, de un tiempo a esta parte, en un peligro para el peatón, por los desniveles que hay, especialmente en los ingresos a los garajes, afirmó la arquitecta Patricia Dueri.

“El espacio público no debe ser una trampa para los peatones, sino que debería brindar la mayor seguridad a quien camina”.

Estos desniveles (cejas) que se dejan en las aceras han causado, según Dueri, más de un accidente. Ella misma fue testigo de la caída de varias personas.

Estas personas se cayeron porque había en las aceras algún desnivel, hueco o elevaciones por las raíces de los árboles.

"Yo misma me caí tras tropezar en una de estas cejas, que tienen entre dos y tres centímetros de desnivel, y es tan pequeño que no se nota al caminar. Por eso reclamo".

SIN REGLAMENTO La Subalcaldía Adela Zamudio no tiene un reglamento en el que se mencione en forma concreta las aceras, por lo que no se puede hacer mucho cuando hay desniveles, afirmó el jefe de Urbanismo de esta Comuna, Wilfredo Camacho.

A esto se suma, añadió, la falta de personal, por lo que los propietarios de viviendas aprovechan para construir aceras con desniveles, los fines de semana.

Cuando se otorga la autorización para construir edificios nuevos, la Subalcaldía recomienda a los contribuyentes que hagan las aceras al mismo nivel que sus vecinos, pero no siempre acatan las recomendaciones.

PROBLEMA CRECE "Si hacemos un inventario de todo el centro histórico de la ciudad, vemos que muchos lugares se han convertido en riesgosos, especialmente en los edificios nuevos que se han empezado a construir", señaló Dueri.

Las personas mayores y los niños son los que sufren más caídas con estos desniveles y se lastiman rodillas, manos o cabeza.

Dueri consideró que en caso de que una persona se tropiece en uno de estos desniveles y sufra daños en su cuerpo, los gastos médicos deben ser cubiertos por el propietario del edificio.

TRAMPAS Las autoridades, según Dueri, deberían preocuparse por aminorar estas trampas, y la única manera es haciendo que las aceras sean uniformes, sin estos desniveles.

Asimismo, se debe cuidar que los pretiles de las jardineras no sean tan elevados. Dueri señala que en algunos casos, estos pretiles son tan altos que las personas mayores no pueden subir y deben quedarse en la calzada, con el consiguiente peligro de ser atropelladas por algún vehículo.

20 Centímetros

En las aceras de varios sectores de la ciudad existen desniveles de hasta 20 centímetros, especialmente en los garajes de edificios nuevos. En estos espacios la gente se tropieza y sufre daños en su integridad física, según testimonios de algunos transeúntes.

Deben ser uniformes

El concejal Edwin Jiménez asegura que las aceras deben tener un nivel de uniformidad para precautelar la seguridad de los peatones, del viandante o del transeúnte.

Agrega que cuando la Alcaldía aprueba la construcción de un edificio o vivienda, debe verificar que la acera tenga continuidad, es decir, sin desniveles o huecos.

“Sin embargo, ahora podemos observar que varios edificios que tienen sótanos utilizan centímetros de la acera para tener una rampla de subida, lo que ocasiona accidentes en las personas que están circulando, especialmente de la tercera edad”.

El concejal puntualiza que es tarea de las subalcaldías hacer cumplir esta norma en sus jurisdicciones territoriales, porque son las que aprueban los planos y, por lo tanto, deben verificar que las aceras estén en buenas condiciones.

17 Centímetros deben tener las jardineras

Los pretiles de las jardineras deben tener entre 17 y18 centímetros de altura, pero en muchos espacios de la ciudad sobrepasan esta medida, advirtió la arquitecta Patricia Dueri.

Agregó que en algunos casos la altura llega a tener más de 20 centímetros, lo que dificulta el paso a los adultos mayores, quienes en algunos casos permanecen en la calzada con el riesgo de ser atropellados.

Raíces levantan las aceras y es un riesgo

Las aceras levantadas a causa de las raíces de los árboles son otro peligro para los peatones que circulan por las calles del Casco Viejo de la ciudad.

En la avenida San Martín, por ejemplo, hay aceras que tienen un desnivel de hasta 20 centímetros.

Asimismo, en la calle 25 de Mayo se han salido algunas losetas y la Alcaldía no las ha repuesto hasta la fecha, pese a que el Concejo Municipal envió una minuta de comunicación, informó el concejal Edwin Jiménez.

Es obligación de los propietarios

Es una obligación de los propietarios de casas y edificios particulares mantener las aceras en buenas condiciones y que estas sean uniformes, sin desniveles, según el concejal Edwin Jiménez.

Los desniveles se pueden autorizar en casos especiales, cuando se trata de calles que tienen pendientes, por ejemplo, en la final Punata, donde hay una serranía.

Empero, en estos casos, las gradas deben mantener la misma altura, por ejemplo 15 centímetros.