Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 16:06

PARALAJES

De esto y aquello

De esto y aquello
1. Tomo el título prestado de Unamuno. Un periódico es un mosaico, un caleidoscopio. Las columnas de opinión podrían, en ocasiones, serlo —¿por qué no?

2. Hemos tenido el Carnaval más triste de la historia reciente. Alguien observó con agudeza que ni el martes de ch´alla le quitaba su sabor a Viernes Santo. A esta observación habría que añadir que el Viernes Santo no es tan triste, precisamente porque no se espera de él que sea alegre. La realidad no es en sí el problema, el problema es el abismo entre expectativas y realidades.

3. Más de un año en la Presidencia, y el señor Trump parece seguir sin poder dar pie con bola. Se empeñó desde un principio en llevar a cabo su plan de gobierno anunciado, pero hasta ahora solo ha conseguido cumplir con los recortes impositivos favorables a los sectores de mayores ingresos. Los jueces federales le dan continuos reveses y el Congreso es sumamente difícil para los designios del “hombre más poderoso del planeta”. Trump ha tratado, sin éxito hasta el momento, de usar el asunto del Programa de Acción Diferida (DACA) como una carta de negociación para conseguir una reforma migratoria al gusto y sabor de sus electores: erigir el famoso muro, eliminar la lotería de visas y la llamada “migración en cadena”.

4. Claramente, las reglas se están endureciendo en los EEUU y en casi todo el llamado “Primer Mundo”. Pero más allá de la impresión que puede suscitar Trump como persona, su narcisismo, y un posible problema de personalidad como el llamado “trastorno oposicionista desafiante”, las vicisitudes de su Presidencia ponen, paradójicamente, de relieve el hecho de que EEUU tiene una institucionalidad robusta y envidiable.

5. Por supuesto, hay cosas mucho menos envidiables como los tiroteos, particularmente en las escuelas, que resultan en masacres de lo más absurdas que hay. Todas las semanas ocurren este tipo de incidentes. En el siglo XXI esta situación ha ido empeorando en frecuencia y gravedad hasta adquirir proporciones endémicas. Cada sociedad tiene sus propias enfermedades, pero la globalización hace más fácil el efecto de imitación y contagio.

6. Podría rodar la cabeza del Primer Ministro israelí, el ultraconservador Benjamin Netanyahu, por haber recibido regalos que suman más de 200.000 euros. También ya rodó la del presidente sudafricano, Zuma, por diversos escándalos de corrupción en su país. En China, el asunto de “rodar cabezas” es un poco más literal: muchos casos de corrupción terminan en el paredón de fusilamiento. Y no obstante, China sigue teniendo índices muy elevados de corrupción.

7. Volviendo a nuestras latitudes, parece que la conjunción de cambio climático y negligencia y corrupción es la causante de las recientes tragedias de Tiquipaya y otros lugares del país. También adolecemos como sociedad de mucha imprudencia y una enorme falta de sentido común.

8. Los atentados de Oruro han conjurado una vez más el espectro del terrorismo. El caso es todavía un poco extraño y confuso. Afortunadamente la realidad boliviana es bastante moderada para cuanto se refiere a este tipo de cosas. A diferencia de Perú (en la década del 80), Colombia o de algunos países centroamericanos, ciertas formas de violencia aún nos espantan, aún nos conmocionan, aún no las hemos normalizado, lo cual es saludable.