El 11 de febrero se recordaron 28 años de la liberación de Nelson Mandela de la prisión Robben Island. En 2004, Roelf Meyer, ministro sudafricano de Asuntos Constitucionales, visitó por primera vez nuestro país quedando sorprendido por las similitudes entre ambas naciones. En 2006, el presidente (Evo) Morales viajó a Sudáfrica para reunirse con el presidente de ese país, Thabo Mbeki, quien le transmitió cinco importantes aprendizajes que Mandela le había dejado:

• Ser elegido con gran mayoría popular, esperanza y reconocimiento internacional es un milagroso privilegio y una oportunidad que pocos hombres y líderes pueden tener y que no había que desaprovechar. Debía ser utilizado para construir una verdadera concertación nacional. • Gobernar con y para todos, liderar un acercamiento con los sectores que desconfían del poder para garantizar un gobierno de unidad. Convencer a la oposición para no ser solo el mejor líder de un grupo, sino para todos y construir juntos una nación intercultural moderna, además de nombrar el mejor equipo de finanzas posible para garantizar una economía sólida. • Hacer alianzas con todo el tejido empresarial del país y construir una estrategia conjunta sobre la cual se debe formar la futura nación plural, diversa e inclusiva. Diseñar con ellos un proceso de inclusión productiva, garantizando sus inversiones, las instituciones y un gobierno promotor de la producción privada y garante de los derechos, pero con una visión social, solidaria y reguladora de la economía. • El proceso constituyente debía ser autónomo e independiente para garantizar su legitimidad y lograr la aprobación de todos los bolivianos. • El poder corrompe y por eso es temporal. Las grandes revoluciones se logran con renovación, formando nuevos líderes que mejoren y construyan sobre los logros alcanzados. Mandela gobernó cuatro años, que fueron suficientes para que Sudáfrica empiece una nueva era bajo su ejemplo. Preparó nuevos líderes en su partido para continuar el legado y ordenó que se formaran escuelas de gestión pública y liderazgo.

¿Cuántos de estos consejos se siguieron? Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz, estableció: "Ningún país dividido tiene un futuro si insiste en seguir adelante sin verdad y perdón. La verdad nos ha liberado literalmente para estar en paz con nosotros mismos. La memoria y el perdón han permitido que nuestras recordadas pesadillas estén consignadas al pasado. Es mi más profundo deseo que los pueblos perseguidos por el pasado puedan encontrar el camino para vivir con la conciencia en paz”. Bolivia sigue buscando la añorada concertación nacional y más que nunca la necesita.