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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Cama “caliente” en el hospital Viedma

Incomodidad. En cada uno de los cubículos de la sala de Emergencias del Viedma debería estar solo un paciente, pero es común ver a dos personas e incluso tres.<BR>
Cama “caliente” en el hospital Viedma
Un problema sin fin. La unidad de Emergencias del hospital Viedma se vio el pasado viernes, una vez más, saturada de pacientes. En un espacio donde deberían estar como máximo 17 personas, porque tiene ese número de camillas, había 47 heridos.

El responsable de Comunicación de este hospital público de tercer nivel, Fernando Romano, alertó sobre este nuevo colapso, calificando de histórico el número de pacientes que había llegado, solo equiparable a las jornadas de “Enero Negro” de 2007 cuando se enfrentaron habitantes de la ciudad y productores de coca del Trópico. Entre el 8 y el 11 de enero, el nosocomio atendió a 200 pacientes, es decir, 50 por día.

“Es una cantidad impresionante de pacientes, 47 en una sala de Emergencias que tiene 17 camillas, contando el sector que se amplió con nuevos consultorios de Traumatología y otros cubículos en la parte posterior del hospital, aun así no alcanza”, resumió Romano.

Y precisamente por la falta de camillas, algunos pacientes tuvieron que esperar en sillas de ruedas y otros en las camillas de las ambulancias, causando problemas en el estrecho estacionamiento del hospital, según reflejó OPINIÓN el sábado 20 de enero.

Algunos de los pacientes que llegaron por haber sufrido accidentes, o con infecciones, tuvieron que permanecer en al menos seis camillas ubicadas en el pasillo de la unidad de Emergencias.

Los más afectados por estos constantes colapsos son los pacientes que logran ingresar a Emergencias, en algunos casos después de esperar horas e incluso días, pero más aún quienes no consiguen un espacio y deben buscar atención en una institución privada.

Ese fue el caso de Teresa, una mujer de 56 años, quien llegó a Emergencias del Viedma con una fractura de cadera y otras complicaciones en su riñón, pero tuvo que volver dos días después porque no había espacio ni una camilla disponible. Tras regresar debió aguardar durante toda la jornada.

Así como Teresa, son muchas las personas que deben esperar horas en una silla de ruedas, o sentadas en una banca, hasta que algún paciente sea dado de alta para ocupar su lugar. Las camillas de la sala de Emergencias casi siempre están ocupadas. Una vez que un paciente sale hay otro que es admitido inmediatamente en su lugar, pero hay más que aguardan su turno.

Si bien el colapso de pacientes en el Viedma es frecuente, lo que pasó el viernes llamó la atención por la cantidad de pacientes, 47, cerca de los 50 que recibió en las jornadas de “Enero Negro”.

En cada uno de los cubículos de la sala de Emergencias de este hospital debería estar solo un paciente, pero es común ver a dos personas, dificultando el trabajo de los médicos y residentes. En días más críticos se puede observar incluso hasta tres heridos.

¿Pero qué se puede hacer para solucionar de una vez este problema? ¿Quién le pone el cascabel al gato?

Este problema debe ser prontamente solucionado por las autoridades del hospital Viedma y del Servicio Departamental de Salud (SEDES).

Habilitar más espacios y más camillas para atender a los pacientes que llegan con alguna emergencia, como se lo había anunciado en algún momento en el Viedma, sería una medida paliativa para aliviar esta situación.

Construir hospitales de tercer nivel, con salas de emergencias para atender estos casos puede también ser parte de la solución.

Asimismo, también se deberá trabajar en  la prevención, es decir, con el fin de evitar accidentes, porque muchos ocurren cuando las personas se encuentran en estado de ebriedad.

Médicos consultados por este diario afirmaron que una solución a este problema deberá partir por el mejoramiento de los hospitales de segundo nivel, porque muchos de los casos que llegan hasta el Viedma pueden muy bien ser atendidos en los mismos.