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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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Asesinato de Carla y Jesús desvela los tenebrosos bajos fondos de La Paz

Asesinato de Carla y Jesús desvela los tenebrosos bajos fondos de La Paz

Carla Bellot, de 25 años, que ha debido vivir el más indecible de los martirios entre el 1 y 11 de enero que en obscuras circunstancias permaneció viva en manos de la peor de las vilezas hecha carne humana, antes de ser ultimada a golpes de barreno, era el sostén de su madre enferma.


    Carla, cuyo asesinato ha lacerado hasta infundir el terror a la población boliviana, no conoció a su padre, que a mediados de los 90 fue a rendir la vida y a dejar en la orfandad a sus 5 hijos. Carla era la primogénita.

    Mientras las autoridades trataban de establecer el paradero de Eliot León Fernández, "el monstruo", como le designan las autoridades y agentes de la investigación para establecer el paradero de Carla y su novio, Jesús Cañisaire, que desaparecieron como si la tierra se los hubiere tragado las primeras horas de 2018, después de libar con unos desconocidos o no tanto en un tugurio que funge de discoteca, La Planta Baja, encastrado en un calle mustia y degradada en el Casco Viejo de La Paz, los amigos de infancia y juventud y los compañeros de la agencia de banco donde trabajaba se preguntaban qué pasó entre el 1 y 11 de enero en que permaneció con vida.

    Los certificados de defunción firmados el viernes por 3 peritos del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) dependiente de la Fiscalía boliviana, revelan que Cañisaire murió el 4 de enero, es decir fue mantenido en cautiverio, se desconoce en qué estado, durante 4 días por los hermanos León Fernández, Micaela, Eliot e Israel y el marido de la mujer, un tal Renzo Cáceres.

    La suerte que corrió Bellot es, este domingo, un enigma de terror.

    Lo más probable es que los León Fernández connividos con otros elementos del hampa, hayan conformado un clan dedicado a la trata de personas.

    La investigación previa al hallazgo de los cuerpos, el viernes en una bóveda de río, estableció que Micalea abordó a la pareja --que planeaba casarse-- en el tugurio donde la convenció de compartir la mesa la noche del domingo 31 de diciembre al lunes 1 de enero pasados, con sus hermanos y Cáceres. Se escuchan versiones de Carla conocía antes de esa noche fatídica a Micaela.

    Amigos de la pareja sostienen que Bellot y Cañisaire fueron drogados en el tugurio y que al despuntar el alba, ese día de Año Nuevo, fueron a dar, con la voluntad reblandecida por los estupefacientes, a la casa de Micaela y Cáceres.

    Según la Policía boliviana, la libación terminó el momento en que Cañisaire dijo que no bebía más, lo que encendió una disputa de manos con Eliot. 

    Tras esto, la borrachera se trasladó a otro cuarto. Bellot quedó dormida en otra de las habitaciones y fue donde el desbocado Eliot trató de vejarla.

    Cuando Cañisaire trató de defenderla fue atacado brutalmente con golpe de puño, pie y botella.

    Nadie sabe explicar qué le pasó entre ese lunes y el jueves siguiente en que los León Fernández, posesos,  le dieron muerte y, peor aún, a Bellot que sobrevivió 7 días más a merced del "monstruo", y sus rufianes familiares, Israel, Cáceres y la misma Micaela. No se descarta la concurrencia a esa escena dantesca de otros individuos proscritos miembros del clan.

     Esto se desprende de la cantidad de individuos que una noche de entre el 11 y 18 de enero, mientras la Policía agotaba todos sus recursos para hallarlos con vida y la población seguía el caso por los medios convencionales y las redes sociales, despejaron el camino de testigos para llevar los cuerpos de ambos metidos en bolsas de plástico, amarrados con alambre, hasta dejarlos en la boca superior del embovedado del Río Orkojahuira, seguros que se desharían fácilmente del cuerpo de su horrendo crimen.

    "Por los datos de ambos certificados se puede inferir que Carla habría estado con vida tras ser vejada y agredida en la cabeza. La Policía aún estableció qué hicieron los autores de la muerte durante casi una semana que la tenían viva", despachó la agencia Erbol.

    "El certificado  Nº 6375 identifica a Jesús Miguel Cañisaire Calatayud (25), estableciendo como causa de la muerte hemorragia cerebral, fractura de huesos craneales y traumatismo cráneo encefálico abierto y un cuadro general policontuso", "igualmente el Nº 6376 de Carla Bellot Rodríguez (25), precisa que la fecha de la muerte es de 11 de enero de 2018 por edema cerebral, hemorragia cerebral, traumatismo cráneo encefálico y un cuatro policontuso", agregó.

    Mientras los servicios de inteligencia bolivianos rastreaban  el paradero de Eliot --lo más probable un sicópata que tuvo hasta una semana para escaparse-- en colaboración con la Policía Federal de Brasil, los deudos y amigos de los infortunados jóvenes fueron a darles sepultura el sábado en el cementerio general de La Paz.

    El fiscal departamental de La Paz, Edwin Blanco, reveló el sábado sin abundar en detalles ni precisar la fuente de su convicción, que Eliot se fugó a Brasil.

    "En este caso hay un prófugo que aparentemente huyó al Brasil por información de la Policía", manifestó. Aseguró que los fiscales coordinan las órdenes de aprehensión, tramitando lo que sería una posible extradición de Eliot", siempre según Blanco.

    "Todo eso está en proceso de ejecución", explicó al hacer conocer esta nueva referencia del prófugo acusado de asesinato seguido del feminicidio.