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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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DIDASCALIA

Pensar antes que difundir

Pensar antes que difundir
“No vayan a coger ni a sacar el celular en los bancos porque les aplicarán una multa...”, decía más o menos el mensaje que, preocupado y de buena voluntad, envié por WhatsApp a “todos” mis contactos. A los minutos uno de ellos me respondió que el anuncio pertenecía a otro país y que tuviera cuidado con lo que envío. En ese momento, al verificar la información, me di cuenta que en realidad había desinformado y en vez de colaborar, confundí a mis contactos.

Durante estas semanas se han ido difundiendo una infinidad de mensajes por WhatsApp y Facebook que contribuyeron a la generación de un ambiente socialmente tenso. Invitaciones a manifestaciones sociales, artículos del Código Penal recientemente aprobado, audios de debates, desabastecimiento de combustible, invitaciones a resistencia pacífica y hasta advertencias de una supuesta ¡guerra civil! Copia y pega, aunque no se sepa la proveniencia del post, su veracidad, su intencionalidad y las consecuencias que pueda producir en nuestros contactos.

La rápida viralización de esos mensajes generó un clima de duda, temor y rumor. En todas partes se escuchaban comentarios como “dice que el Código Penal…”, “dice que los médicos…”, “dice que Evo...”, “dice que Venezuela, que Cuba…”, “¡Dios nos libre!”, etc. Opiniones sin duda válidas y respetables.

Sin embargo, olvidamos hacernos las preguntas clave: ¿Quién dice? ¿Por qué lo dirá? ¿Esa información es actualizada? ¿Conozco el Código? ¿Cuál es el contexto de esta información? ¿He visto algo similar en la prensa escrita o en otro medio serio? Y finalmente explorarnos a nosotros mismos cuestionándonos ¿qué sentimientos me provocan estos mensajes? ¿qué pienso al respecto?

La información debe ser leída de manera crítica, de otro modo podemos ser sujetos de manipulación mediática y política. Rebotar la información sin antes haberla verificado es un acto de irresponsabilidad que nos convierte en marionetas del primero de la cadena. Veamos nada más, cómo la iniciativa ciudadana de pedir respeto a los resultados del 21F fue arrebatada por la oposición y se convirtió en su bandera.

Por otro lado, echo en falta el trabajo de la prensa. ¿Dónde estaba mientras se debatía y aprobaba el nuevo Código del Sistema Penal? ¿Qué tipo de seguimiento se le hizo a ese tema? Sin duda, esta es una oportunidad para reposicionar la importancia del trabajo periodístico, que brinda información respaldada y fiable, y para asumir una presencia formal más fuerte en las redes sociales.

Libertad sin pensamiento no es libertad completa. La información y sensibilización sobre temas que nos afectan es, evidentemente importante, hacer escuchar nuestra palabra, es vital y las redes sociales son medios que nos permiten expresarnos de manera libre.

En este contexto, también resulta fundamental ser críticos con las informaciones que recibimos y que difundimos. Cruzar la información proveniente de las redes sociales con los medios de comunicación establecidos, nos ayuda a verificarla y desafía a nuestros periodistas a hacer un trabajo crítico e investigativo. No basta la libertad de expresión, es también importante la capacidad de pensar sobre esa información para no ser presas de manipulación mediática y política. Por eso, desde ahora te invito a pensar antes de difundir.