Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:24

FORO

Víctimas culpables

Víctimas culpables
Las soluciones se nos resisten, pero la técnica de encontrar culpables la tenemos muy perfeccionada. La crisis económica no fue culpa de la timba financiera, sino nuestra, por haber vivido por encima de nuestras posibilidades. Los montes se queman porque hay mucho pirómano y no porque los medios de extinción son insuficientes y en las tareas de limpieza no se gasten ni bromas. Las Urgencias se colapsan porque no nos cuidamos... Si fuéramos más precavidos nos robarían menos. El cambio climático no es culpa del modelo productivo, sino de los que nos dejamos dada la luz del pasillo. No hay para pagar las pensiones porque vivimos mucho y no nos queremos morir de hambre. De todo lo demás son culpables los fumadores y los gordos.

No es extraño que el caos de las nevadas de este fin de semana sea responsabilidad exclusiva de quienes se aventuraron a celebrar con sus familias el Día de Reyes sin equiparse para una prueba de supervivencia y osaron además hacerlo en coche. Hay mucho alocado, demasiado temerario que no se para a reflexionar sobre el peligro y que igual se pone a hacer rafting o a escalar la cara sur del Annapurna que paga 12 euros y toma una autopista de peaje sin llevar cadenas en el maletero. Todo el mundo sabe –o debería saber- que transitar por una autopista de peaje como la A-6 o de otra entrada principal a Madrid como es la autovía de Burgos es muy arriesgado, mucho más que algunos puertos como Pajares o San Glorio pese a su fama de intransitables. A las miles de personas, familias enteras en muchos casos, atrapados hasta 17 horas en la ratonera de estas carreteras les está bien empleado el escarmiento porque estaban avisados de que iba a nevar –que es un suceso extraordinario en invierno- y cuando nieva lo mejor es no salir de casa o hacerlo con raquetas y auxiliados por un mastín de los Pirineos.

Los inconscientes pretenden ahora exculparse con argumentos peregrinos y se preguntan si de los avisos de nevada solo tenían que enterarse ellos y no la Dirección General de Tráfico o Iberpistas (Abertis), la concesionaria de la A-6, que en vez de mantener algún carril despejado para facilitar el trabajo de las quitanieves y aliñar las calzadas con toda la sal del mundo, permitió el colapso hasta el punto de que las propias máquinas quedaron atrapadas en el caos. Hay quien piensa incluso que en casos como éstos las quitanieves no tenían que ir sino que debían estar en los tramos en los que se preveía que las nevadas serían más intensas (...).