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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Diagnostican gratis la pérdida auditiva

Los niños y niñas en edad escolar con una oreja pequeña, o los que presentan alguna señal de que no escuchan bien, pueden acudir a hacerse un examen y recibir orientación.
Diagnostican gratis la pérdida auditiva





La Asociación de Padres y Amigos de Niños Hipoacúsicos (APANH) ofrece audiometrías gratuitas para niños y niñas en edad escolar de Cochabamba.

Similares campañas se desarrollan en La Paz y Santa Cruz, informa la presidenta de APANH Cochabamba, Yolanda Humérez Zurita.

Las mamás que sospechan que sus hijos o hijas podrían padecer pérdida auditiva pueden hacerse la audiometría gratuita, gracias a la ayuda de APANH y Finlandia.

Los niños y niñas que nacieron con una oreja pequeña o “microtia” necesitan hacerse el examen, porque el problema no es solo externo. Las pruebas en estos casos ayudan a confirmar o descartar posibles complicaciones que esos niños podrían tener en riñones y estómago.

También hay otros infantes que si bien tienen las orejas perfectas, sufren problemas auditivos internos. En estos casos, en los que están físicamente bien, el diagnóstico suele ser tardío. Si se descubre la deficiencia auditiva cuando el niño o niña tiene cinco o seis años, ya es tarde. Algunos niños hipoacúsicos no hablan bien y la gente dice a los papás que esperen, que después aprenderá, pero eso ocurre solo si recibe los tratamientos adecuados.

Si el diagnóstico se da en la escuela ya es tarde y la rehabilitación es más complicada. Los papás pueden darse cuenta de la deficiencia cuando el infante pone la televisión o la radio en alto volumen, o frecuentemente pide a su madre que repita lo que dijo o pregunta ¿qué?, no escucho.

Los profesores también pueden darse cuenta si el escolar tiene deficiencias auditivas o no presta atención. En la escuela, a los niños hipoacúsicos los tachan de niños “hiperactivos y rebeldes”, cuando ese comportamiento puede deberse a que sufre algún grado de pérdida auditiva. “El niño que no escucha se distrae y no sigue lo que el profesor está explicando, porque no está escuchando bien”, dice Humérez. Las mamás pueden hacer una cita para el análisis en el centro audiológico. La Asociación de Padres y Amigos de Hipoacúsicos está en la calle Maracaibo N. 1471 entre la calle Casto Rojas y parque Demetrio Canelas. Los teléfonos son 4038107 y 65350214.

El diagnóstico gratuito incluye otoemisiones acústicas para menores de cinco años y, si se requiere, timpanometría.

Los papás pueden presentarse con fotocopias simples de las cédulas de identidad de uno de los progenitores y el certificado de nacimiento o cédula de identidad del niño o la niña.

En lo que va de 2017, en la APANH de Cochabamba se realizaron 80 audiometrías. Muchas salieron positivas, pero otras se debieron a que el niño solo tenía un tapón de cera en el oído.

Una vez que se descubre la pérdida auditiva, los papás forman parte de la Asociación y participan de diversas actividades, además de beneficiarse con información precisa sobre la hipoacusia, los tratamientos, los profesionales, los costos y otros detalles que a los actuales socios les costaron mucha investigación y sacrificios.

Qué necesitan las personas que no escuchan bien

DESCUBRIR LA DEFICIENCIA CUANTO ANTES

Hay pruebas que se hacen a los recién nacidos para establecer si su audición es normal. En España, por ejemplo, diagnostican la deficiencia auditiva como máximo hasta el primer año de edad. Si un bebé no escucha, no aprende a hablar. A partir de los cinco años disminuye la capacidad de aprendizaje del lenguaje. Es por eso que se tiene que tratar de descubrir la deficiencia auditiva cuanto antes. La presidenta de la Asociación de Padres y Amigos de Niños Hipoacúsicos (APANH) Yolanda Humérez Zurita dice que lo más triste es el aislamiento social al que se ve sometido el niño o niña con pérdida auditiva. Al no poder entablar conversación con su entorno, la persona queda aislada y se vuelve solitaria, lo que conlleva otros problemas.

AudÍfonos bien calibrados

Los niños y niñas con pérdida auditiva necesitan usar audífonos bien calibrados y adaptados a sus características personales. Hay casos de niños y niñas que usaron audífonos donados que no estaban bien calibrados y les han dañado más. Hay infantes que no quieren ponerse porque no les hace bien. Puede que los audífonos tengan ruido si el protesista no calibró en el tono y la frecuencia adecuados. Si el volumen está muy alto arruina el tímpano del hipoacúsico.

Los audífonos son delicados. En Cochabamba, una madre hizo un extraordinario esfuerzo para adquirir un audífono para su niño, pero el que le vendió no le dijo que unas gotas de sudor podían dañar el equipo y se arruinó. El niño tuvo que esperar meses para que lo arreglen.

Huincha o implante cloquear

El oído humano recibe el sonido por vía aérea por el conducto auditivo, el tímpano y los huesecillos del oído. El sonido se transmite directamente a través de la mandíbulan y el hueso craneal, hasta llegar a la cóclea, por tanto no usa el oído externo ni el oído medio, ambas vías se complementan y contribuyen a una correcta percepción del sonido.

Los niños y niñas que tienen microtía no escuchan por vía aérea, lo hacen por vía ósea y para estimular el nervio auditivo tienen que usar un vibrador óseo que es una pequeña huincha.

Si la cóclea está dañada, se requiere el implante coclear. En Cochabamba, la operación para esta prótesis cuesta entre 15 a 20 mil dólares.

INCLUSIÓN PLENA

Los niños y niñas con hipoacusia necesitan una familia comprometida que acepte las limitaciones y se informa sobre las soluciones disponibles para que el niño o niña escuche mejor. También requiere del concurso de especialistas que le ayuden a desarrollar mejor su lenguaje y logre la autonomía.

Las personas con hipoacusia requieren adquirir confianza en sí mismas y ser capaces de actuar con control sobre sus emociones y reacciones.

Algunas familias se sienten culpables y avergonzadas por el niño hipoacúsico, quien además tiene que enfrentar acoso en la escuela.

Se necesita un abordaje global de la deficiencia auditiva del niño o niña, en respeto a sus derechos.