Hasta el 21 de noviembre de 2017, Bolivia no registraba ningún oro en su haber dentro de los Juegos Bolivarianos Santa Marta 2017, en Colombia.

Fue solo un día después cuando la proeza tomó forma humana mediante la cochabambina Karen Tórrez, la nadadora que fue al frente con el coraje que la hace distinta y logró romper con la sequía de preseas máximas en la versión número ocho del evento. Esto, además de firmar una nueva mejor marca bolivariana (25.00 segundos en la prueba de 50 metros libre).

La Sirena apareció para regalarle el primer metal dorado a una delegación nacional que se presentó en la cita con la misión de mejorar lo hecho en Trujillo 2013, pero que mantuvo la posición (novena).

La actuación de Tórrez se tradujo, al instante, en la razón de festejos de un país que encontró en ella a una auténtica “heroína terrenal” que retribuyó la celebración con una sonrisa amplia.

El de la Sirena, fue el oro que abrió las puertas a cuatro más para el país: los que apartó el ráquetbol, en dobles femenino y masculino; y por equipos, también en ambas categorías.

Los responsables de los podios fueron Roland Keller, Conrrado Moscoso, Jenny Daza, Angélica Barrios, Cristhian Mina, Carlos Keller, Brenda Laime y Valeria Centellas. Todos, integrantes de los conjuntos nacionales.

Rudolf Knijnenburg, Gabriel García, Diego Cossío (tiro), Ronal Quispe (50 kilómetros marcha) y Alejandro Gómez (ciclismo) aportaron 3 de las 10 plateadas. Bolivia completó su presentación con 17 de bronce.

El objetivo era mejorar el noveno puesto de Trujillo 2013. Ello no sucedió y la delegación, que acudió con 318 atletas (40 menos que en Perú), culminó en el mismo puesto.