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DESDE PRINCIPIOS DE 2014 HASTA 2017

Eventos naturales causaron 33 muertes en 4 años

Riadas, deslizamientos y descargas eléctricas fueron los principales fenómenos en Cochabamba.
Eventos naturales causaron 33 muertes en 4 años



Hubo deslizamientos que sepultaron gente, descargas eléctricas que mataron personas y riadas que se llevaron a comunarios.

En cuatro años, entre principios de 2014 y finales de este 2017, los fenómenos naturales más fuertes derivaron en la muerte de al menos 33 personas en Cochabamba.

Las lluvias persistentes que causan la crecida de los ríos, taludes debilitados, construcciones precarias o en zonas de riesgo fueron aspectos característicos de los escenarios de muerte.

Uno de los casos más recientes fue el del impacto de un rayo que mató, hace una semana, a tres personas en el sindicato Nueva Esperanza, en el municipio de Chimoré en el Trópico.

De acuerdo al reporte de ERBOL, las víctimas fueron Francisco Ramos Vilalo, de 63 años, Donato Colque Choque, de 52, y Jhonny Vásquez León, de 14, quienes realizaban trabajos de deshierbe en un chaco.

Por la persistente lluvia, se cobijaron en una casucha. Pero, se produjo un rayo y la descarga eléctrica fue de gran magnitud.

Otro evento natural enlutó a Villa 1 de Mayo, en el sur de la ciudad de Cochabamba. La madrugada del 5 de diciembre, un muro de contención improvisado, una casa sin pilares y la lluvia persistente derivaron en el derrumbe de una pared que aplastó a los hermanos Leonel Angelo Campos Orihuela, de 5 años, y Yerald Joel Espinoza Orihuela, de 2.

Las viviendas en esa zona, denominada Bustillo, “son ilegales”, según las autoridades municipales debido a que no están aprobadas por la Alcaldía. A eso se suma la precariedad de la construcción de las casas.

En la actualidad, la ciudad cochabambina carece de un mapa de riesgos que identifique las zonas peligrosas.

Otra descarga eléctrica fue la causante de la muerte de una pareja de esposos en abril de este 2017.

La pareja había desaparecido el 5 de abril y sus cadáveres fueron encontrados cinco días después, en la comunidad Israel, en Puerto Villarroel.

El hombre, 51 años, y la mujer, de 42, habían salido a trabajar en su chaco y no retornaron. Fueron encontrados con graves quemaduras en sus cuerpos.

Una riada registrada en el cerro Ticti, zona sur de la ciudad de Cochabamba, derivó, en febrero de este 2017, en la muerte de un hombre de 67 años, en el sector de Nueva Jerusalén.

La zona fue urbanizada en los años 80.

Las autoridades recordaron que estar cerca de las quebradas “puede costar a la larga mucho más caro que comprar un terreno en una zona segura”.

Hace más de un año, a principios de diciembre de 2016, el desborde de una torrentera en Chilimarca, Tiquipaya, dejó el saldo de tres personas sin vida. Una mujer, Alejandra Candia, de 23 años; y un niño, Artur Orihuela, de 4, se ahogaron.

La mujer fue encontrada flotando con las manos arriba y sosteniendo a su bebé de 11 meses aún con vida. El bebé murió después. El niño de cuatro años murió a un par de kilómetros, luego de ser arrastrado por la riada.

Los 20 minutos de lluvia y los 5 de riada fueron suficientes para causar muerte, daños materiales y dolor en las familias de la zona.

El fenómeno natural se registró en una zona donde, hasta la fecha, hay viviendas edificadas en medio de una torrentera. Este año hubo inundaciones en el mismo lugar.

En 2015, durante la primera semana de ese año, en Cochabamba se reportaron seis personas muertas por causas relacionadas a fenómenos naturales.

De acuerdo a lo publicado, en enero de 2015, por La Razón, una persona fue arrastrada por una riada en el municipio Independencia (zona Andina) y cinco fallecieron en Villa Tunari (Trópico) por el caudal del río Espíritu Santo.

Casi un año antes, en febrero de 2014, se presentó uno de los eventos naturales que mayor tragedia causó. El cerro se vino abajo y sepultó la comunidad de Chullpakasa Chico, en Morochata, en la zona Andina.

Un total de 10 cadáveres fueron encontrados en casi dos semanas después del 8 de febrero, cuando el talud cedió, y cuatro personas quedaron desaparecidas.

El cuerpo de Víctor Rivero, de 65 años, fue hallado el 23 de febrero de aquel año, fue el décimo.

Los últimos cadáveres encontrados ya estaban en descomposición. Los cuerpos fueron enterrados casi sin velarse.

La mazamorra enterró las casas y solo dejaba ver partes de los techos de paja y calamina. El pueblo tuvo que trasladarse y en el lugar quedó un cementerio con un mausoleo a la orilla del camino que conduce hasta el sector.

El mismo año, a principios de febrero los reportes sumaban seis muertos y cuatro desparecidos por inundaciones en diferentes lugares del departamento.

El 3 de febrero fue encontrado el cadáver de Orlando Portugal, de entre 25 y 28 años de edad, en Mizque. Él fue arrastrado por el río cuando cruzaba por los rieles del tren.

En Sacabamba, murió Andrea Sánchez, de 75 años. Su muerte fue relacionada a la crecida del río.

En el municipio de Arque, tras arduas tareas de búsqueda encontraron sin vida a David Peralta, un joven de 18 años. Él y dos personas más intentaban cruzar el río y solo dos pudieron salvarse de ser arrastradas.

Por otro lado, Olivio Rojas de 16 años fue encontrado a pocos metros de donde fue atrapado en las aguas desbordadas del río Sulti, en la zona de Chirusi Rosario en el municipio de Punata. Desapareció el 29 de enero y le encontraron el 30 del mismo mes.

Durante los primeros días de enero de 2014, también hubo desaparecidos en la región del Trópico. El 10 de enero encontraron sin vida a Roberto Zapata Veizaga, de 32 años. El poblador de Villa Tunari intentaba cruzar el río con su hijo de 8 años, que continúa desaparecido.

Otra víctima mortal de las riadas se registró en Shinahota.

De acuerdo al responsable de la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) de la Gobernación, Óscar Soriano, una de las regiones con monitoreo permanente, por el riesgo, es el Trópico del departamento.

Apuntes



El monitoreo

Tiquipaya, por el riesgo de desborde de torrenteras; Capinota, por sus canales estrechos; Morochata, por los deslizamientos, y la región del Trópico por la intensidad de las lluvias son puntos considerados de riesgo en el departamento de Cochabamba.

Torrenteras y edificaciones ilegales

En todo el municipio de Cochabamba, hay alrededor de 18 puntos de monitoreo por el peligro que representan si las lluvias son persistentes.

Los subalcaldes identificaron zonas de riesgo en torrenteras y cerros, principalmente. Existen asentamientos ilegales con construcciones improvisadas o que están dentro las franjas de seguridad.

Los daños

Los fenómenos naturales, además de muerte, dejaron familias sin vivienda y perjuicios en el sector agropecuario en las comunidades rurales. La muerte de animales y la pérdida de producción también fueron resultado de esos eventos.

Ciudad y riesgo

En la actualidad, la ciudad de Cochabamba no cuenta con un mapa de riesgos para identificar las zonas de mayor peligro en la época de lluvias.