Pero ahora no se está hablando de él por ninguna de sus cotizadas imágenes, sino por dos denuncias por acoso sexual que presentaron modelos que trabajaron con él.

"El acoso sexual a los modelos es una epidemia", afirmó la abogada Lisa Bloom en una conferencia de prensa. "La industria del modelaje es responsable de la explotación de sus modelos, que están demasiado a menudo a merced de los agentes, las agencias y los fotógrafos", agregó Bloom, que presentó una demanda ante la Corte Suprema del estado de Nueva York contra Weber en nombre del modelo Jason Boyce.

Según la denuncia, en 2014 Weber le pidió a Boyce -entonces de 28- que hiciera ejercicios de respiración para relajarse. Acto seguido, lo obligó a desvestirse y lo acarició y besó sin su consentimiento.

Otro modelo, Mark Ricketson, describió una situación de acoso similar por parte del fotógrafo durante una sesión de fotos cuando él tenía 18 años. Cuando se lo comentó a su agente, éste insistió sobre los beneficios para su carrera si "le gustaba" a Weber.

Ricketson contó que estaba a solas con el fotógrafo cuando éste le puso una mano en la frente para "encontrar la energía" y la fue bajando poco a poco hasta posarla sobre sus genitales.