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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Bicicletas, juegos y comidas marcaron la jornada electoral

Bicicletas, juegos y comidas marcaron la jornada electoral



La prohibición de circulación vehicular en días de elecciones, y la necesidad que tiene la población de llegar a los recintos electorales en los que emitirá su voto, hace de estas jornadas el escenario perfecto para paseos familiares, ya sea caminando, montados en bicicletas o deslizando patines sobre el asfalto. También la oferta gastronómica abunda, principalmente alrededor de los colegios en los que la gente emitirá su voto, con ofertas variopintas, sobre todo del acervo gastronómico criollo y tradicional, pero también frutas, maníes y alguno que otro plato de distintas regiones del país. Esta no fue la excepción en los recintos electorales del Valle Bajo.

Las principales ofertas en Quillacollo eran los sándwiches de chorizo, platos de ranga, fricasé, e incluso morcillas fritas. Las actividades en el mercado no disminuyeron. La señora María (que prefirió no dar su apellido) señaló haber abierto su puesto de venta de pasteles y repostería a las 7:00 de la mañana, y afirmó que se quedaría hasta las 20:00 horas, pues afirmaba haber tenido una buena venta durante la mañana.

Algunas personas que instalaron sus puestos de venta de comida no suelen dedicarse a esta actividad con regularidad. Ismael Antezana montó un espacio en las afueras del colegio 23 de Marzo de Sipe Sipe: varias mesas y sillas alrededor de brasas en las que se asaban lentamente costillas de cerdo. “Es chancho al palo, Vendo a veces, en algunas ferias, como la del guarapo, para ayudar a la familia. No tengo un restaurante, pero estamos pensando abrir uno. Me animé porque iba a haber gente que después de votar iba a querer comer”, señaló Antezana, mostrando sus piezas de cerdo empaladas y que tardan tres horas en cocer.

La gente, que en algunos casos tuvo que trasladarse varios kilómetros por la carretera que articula los municipios del Valle Bajo y que se dirige al occidente del país, aprovechó para movilizarse principalmente en bicicletas, aunque no faltaron patinetas e incluso carretillas.

Esto también dio lugar a juegos, carreras entre los más pequeños, y en más de una ocasión parejas en las que el hombre pedaleaba la bicicleta y la mujer se apoyaba en la barra del cuadro de ese vehículo. También se vio padres arrastrando con su bicicleta los triciclos de sus hijos, sujetos a la bicicleta con sogas.