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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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CIUDAD SUSTENTABLE

Pensando el desarrollo de la ciudad

Pensando el desarrollo de la ciudad
Dado que la ciudad es en esencia un asunto político y de interés general, el desarrollo urbano debe manifestarse como un tema imprescindible para lograr condiciones óptimas de habitabilidad y estado de bienestar colectivo. En Cochabamba, muchas veces las políticas públicas urbanas se han establecido en función de razonamientos parcializados, intereses políticos o análisis irrelevantes de planificación, ignorando las principales condicionantes que deben viabilizar el confort y la funcionalidad urbana. Es posible que gran parte de la responsabilidad se deba a que la evidencia empírica no está presente en formato sistematizado y que, por tanto, la improvisación se convierte en materia cotidiana que destaca características de ineficiencia.

Cochabamba revela en la actualidad exacerbadas diferencias que dan paso a un patrón de desarrollo urbano compuesto por dos modelos de ciudad. La primera compacta, ubicada en lugares de alto ingreso económico y elevado costo del suelo con predominio de las fuerzas de mercado; la segunda dispersa en la periferia, donde la incidencia del Estado y su anomia asiliente generan informalidad, cuyo sentido de lugaridad no pasa por la decisión de los habitantes ni de los desarrolladores inmobiliarios. La evolución durante las próximas décadas no va a depender infaliblemente del mercado como fuerza externa, sino que también va a subordinarse a la eficiencia de las autoridades, a su capacidad de elección y priorización de proyectos, a compatibilizar la gobernanza multinivel, y sobre todo a planificar de manera sistémica el territorio. Es necesario analizar patrones principales de desarrollo que ciudades latinoamericanas han delineado. Destacan tendencias exitosas y asumir enfoques futuros de política pública que de ellos se descuelgan. Las iniciativas posibles son variadas y las urgencias diversas, por lo que los administradores territoriales deben dirigir la atención a las necesidades efectivas, evaluando los costos y beneficios sociales y no solo réditos políticos. Es seguro que, de no mediar procesos serios de planificación, en el mediano plazo se complicarán los actuales desafíos, vinculados entre otros, con el crecimiento difuso de la mancha urbana, la movilidad urbana, la congestión vehicular y la contaminación, como también la mayor demanda de espacios públicos como elementos útiles para la integración social y la seguridad. Enfrentar eficientemente estos desafíos dependerá de la capacidad de elegir adecuadamente las decisiones de inversión pública y pensar integralmente las soluciones.