Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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DESDE EL CUARTO PROPIO

Otro 25 de noviembre

Otro 25 de noviembre
Como ocurre todos los 25 de noviembre (Día Internacional Contra la Violencia hacia las Mujeres), las calles del mundo son tomadas por movilizaciones y marchas de hombres y mujeres que buscan llamar la atención de la opinión pública sobre la violencia contra las mujeres y visibilizar sus diferentes expresiones, demandando políticas públicas que contribuyan a romper la indiferencia de los tomadores/as de decisión para impulsar no solo paliativos, sino acciones integrales que respondan al carácter estructural de la de violencia contra las mujeres. Han pasado más de cuatro años desde la promulgación de la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, sin embargo, pocos son los avances que se pueden señalar.

Desde el 2013 hasta marzo de este año, 333 mujeres perdieron la vida en manos de sus parejas. Según datos del Ministerio Público, cada tres días ocurre un feminicidio en Bolivia, la forma más extrema de vulneración de los derechos humanos. Y en los últimos días, solo el departamento de La Paz ya superó el número de feminicidios con los que cerró la gestión pasada, 27. Los medios de comunicación reportaron 91 feminicidios en lo que va la gestión 2017. La Defensoría del Pueblo, en un informe especial, estimó que siete de cada diez mujeres bolivianas sufrieron abuso sexual alguna vez en su vida, lo que ubica a Bolivia como el segundo país de la región con mayores índices de violencia sexual.

Preocupa de sobremanera que la edad de las mujeres que sufren situaciones de violencia sea cada vez menor, y que persistan entre las jóvenes ideas y mitos sobre las relaciones de pareja que sostienen comportamientos de celos, control y violencia, que son asumidos como expresiones de amor y que explican en gran medida cómo las mujeres desarrollamos dependencia emocional y que devienen en situaciones de violencia.

A diferencia de lo que se piensa, la inseguridad para las mujeres no está en las calles ni ocurre por parte de un desconocido; las situaciones de violencia contra las mujeres ocurren por parte de un conocido, del entorno familiar más cercano.

A pesar de los intentos por visibilizar este fenómeno social, se encuentran posturas que contribuyen a la banalización de expresiones de violencia como el acoso sexual callejero, se invisibiliza la violencia psicológica y se niega la existencia de la violencia y el acoso político.

Luchar contra la violencia requiere voluntad, ya no solo política, sino para reconocerla en la realidad.