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PEZ ESPADA

¿La verdad es imparcial

¿La verdad es imparcial
Los filósofos de la antigüedad creían que la verdad y la realidad eran idénticas, y que la realidad era considerada exacta a lo que es. Para los griegos, la verdad era una propiedad de todos los enunciados, que en ese entonces eran verdaderos. Aristóteles fue el primero en expresar que no hay verdad sin enunciado y sin la cosa que se afirma que es verdad. Eso se llamó posteriormente “concepción lógica de la verdad”. Kant, por su parte, establece como verdad la coincidencia del conocimiento con el ser conocido, mientras que Hegel formula que la verdad es formal o matemática cuando se reduce al principio de contradicción; lo falso o lo negativo existen pero no como un momento de la verdad, sino como una existencia separada hasta que alcanza la idea absoluta de la verdad en sí y para sí. Lo verdadero es el todo.

El pensamiento moderno concibe la verdad como un descubrimiento para el hombre sobre lo que cree que son las cosas. Ortega y Gasset definen a la verdad como una amalgama con el conocimiento, ya que las cosas no tienen significado por sí mismas y por ello el hombre se ve obligado a conocer, porque el conocimiento lo salva del naufragio de su existencia.

Ryszard Kapuscinski, periodista e historiador polaco fallecido en 2007, nos dejaba esta reflexión: “Si entre las muchas verdades eliges una sola y la persigues ciegamente, ella se convertirá en falsedad, y tú, en un fanático”. Pero, ¿cuál verdad?

Nuestra percepción de la realidad no nos permite que exista una sola verdad, y de hecho estamos seguros de que existen muchas verdades. Lo que miramos y oímos genera una “distorsión” en nuestra manera de pensar y, por tanto, en nuestra manera de sentir y ver al mundo. Y si esta verdad que vemos a diario en los medios de comunicación no es más que un reflejo de la percepción de un grupo de personas, entonces, ¿dónde queda la imparcialidad?

Paulo Freire consideraba que la imparcialidad no existe y que todos son orientados, en el fondo, por una base ideológica. De ser así, ¿quién maneja la verdad y para qué fines?

Joseph Pulitzer, periodista considerado pionero en la prensa amarilla y del “infotainment”, afirmaba ya en el siglo XX que, con el tiempo, una prensa cínica, mercenaria y demagógica producirá un pueblo cínico, mercenario y demagógico. La imparcialidad termina siendo un ideal en el periodismo, así como lo es la obtención de justicia para un abogado o la cura de un enfermo para un médico.