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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Profocom y grado universitario

Profocom y grado universitario
El Profocom (programa de formación complementaria para maestros en ejercicio) es la experiencia de formación continua más grande de nuestra historia. Ha llegado a más de 138 mil maestros en todo el país. Ha entregado más de tres millones de ejemplares de materiales impresos a todos sus participantes. No solo ha atendido al sector fiscal, sino también a las asociaciones de colegios privados.

La intención del Gobierno con este programa tuvo una doble orientación. Por un lado, pretendía otorgar el título de licenciatura a los maestros en ejercicio que solo contaban con uno de técnico superior. Por otro, fue la oportunidad de dar a conocer el nuevo modelo educativo sociocomunitario productivo, propuesto a partir de la Ley de Educación Avelino Siñani – Elizardo Pérez.

A mediados del 2012, el Profocom comenzó su primera fase, es decir, su primera versión. Hasta el fin del 2017, se concluirá ya la tercera fase, se dará paso a una versión particular para rezagados y con esto cerrará.

Los datos son irrefutables, se ha alcanzado al 90 por ciento de todo el magisterio, un sector históricamente resistente al cambio. La cobertura ha sido nacional y ha llegado a todos los rincones del país. Se trata de una experiencia inédita no solo en Bolivia, sino en toda Latinoamérica.

Sin embargo, no es suficiente. Las críticas son innumerables. Una de las más razonables es el tema del título otorgado. Se trata de una licenciatura que solo tiene validez dentro del magisterio. Un maestro con el grado adquirido en el Profocom no puede acceder a ningún posgrado universitario. Es más, la universidad le pedirá que inicie de cero una carrera.

Este problema está vinculado al denominado escalafón, una estructura al interior del magisterio que regula los ascensos y el aumento del salario de los maestros. El magisterio, para defender a su sector, no acepta a profesionales que no hayan pasado por las escuelas normales (hoy llamadas escuelas superiores de formación docente). De aquí viene la consigna de no dejar nunca que la profesión docente sea profesión libre.

Por este motivo, el paralelismo entre el sistema universitario boliviano y el sistema de formación docente sorprende a propios y extraños. ¿Esto quiere decir que la profesión docente es trucha? ¿El nivel profesional de nuestro profesorado es de segunda? ¿Por qué un maestro con grado, posgrado y experiencia al interior del magisterio no puede aportar en la formación de los futuros profesionales universitarios? ¿Por qué un profesional con grado y experiencia universitaria no puede ejercer el ejercicio de la docencia en nuestras escuelas?

Un profesional universitario inserto dentro del magisterio no solo podrá aportar sus conocimientos a los estudiantes, también fungirá de barómetro para que los maestros egresados de las escuelas de formación docente evalúen el nivel de dominio de su especialidad, sea esta el arte, las matemáticas, la historia, etc. Un profesional libre generará un sano sentido de competencia y de superación que no le hace mal a ningún profesor.

El Profocom tiene aún muchas aristas sobre las que seguiremos reflexionando en las siguientes semanas.