Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 16:20

SENTIDO COMÚN

Cohetes a mansalva

Cohetes a mansalva
El término mansalva significa “disparar a mano salva”. En nuestra ciudad, se disparan cohetes en todo momento y en todo lugar. Es la actitud de la gente de festejar o protestar, de alegrarse o entristecerse haciendo uso de cohetes, bombas o cachorros de dinamita. El uso de ellos y de cualquier otro tipo de fuegos artificiales de similar peligrosidad contribuye a la contaminación ambiental y acústica, ocasionando de esta forma daños al sistema respiratorio y auditivo de las personas.

Nuestra Constitución, en el numeral dos del artículo nueve, establece que son fines y funciones esenciales del Estado garantizar el bienestar, el desarrollo, la seguridad y la protección e igual dignidad de las personas, las naciones, los pueblos y las comunidades.

El Gobierno Municipal, en cumplimiento de ese artículo y velando por la seguridad ciudadana y el bienestar de la población, hace varios años prohibió el encendido de fogatas y el uso de juegos pirotécnicos en la fiesta de San Juan, con el objetivo de evitar la contaminación de nuestro aire y el daño a nuestros oídos. Han pasado muchos años y, a pesar de los controles, hay personas que disfrutan de la infracción. De la misma forma, algunas autoridades hacen declaraciones sobre la disminución de la contaminación al día siguiente de San Juan. Sin embargo, viendo lo que pasa en nuestra cotidianeidad, nos preguntarnos: ¿de qué sirve la prohibición de un solo día al año, si en toda ocasión se hace gala de la estupidez, utilizando bombas, petardos y otros fuegos artificiales, en festejos de cumpleaños, misas de santitos, entrega de obras, fiestas patrias y de fin de año, triunfos electorales y especialmente en marchas y protestas?

En la última serenata cochabambina, a las 12 de la noche, para recibir el cumpleaños de Cochabamba, se disparó cohetería a mansalva durante ocho minutos, precisamente en la plaza 14 de Septiembre, en ese sitio emblemático que es el espacio público más común de todos los habitantes de la ciudad.

La plaza Principal se usa para expresar el descontento y marchar contra las autoridades. El manejo irresponsable de explosivos contamina a los propios manifestantes y también el aire que respira toda la población. En una de esas concentraciones en la plaza 14 de Septiembre, el uso de petardos provocó el incendio de palmeras, lo que puso en riesgo la seguridad física de las y los participantes. También generó destrucción, mediante la combustión de especies arbóreas.

En 2013 se presentó al pleno del Concejo Municipal una propuesta para enfrentar esta problemática. El objetivo era preservar el espacio público como un lugar de convivencia pacífica y de seguridad, garantizando la libre circulación, el ocio y la recreación. Al ser el espacio público de uso colectivo, donde todas las personas tienen derecho a gozar de condiciones ambientales óptimas, se propuso la necesidad de tener normas para la convivencia, la solidaridad, el respeto mutuo y la tolerancia, y para sancionar aquellas acciones que puedan perturbar y lesionar tanto la convivencia como los bienes que se encuentran en el espacio público.

Es de esperar que el Gobierno Municipal analice el gran daño que causa el uso de estos dispositivos y retome la necesidad de elaborar normativas que puedan mitigar y o cambiar esta costumbre que a todas luces hace más daño que bien a nuestra ciudad.