Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 07:25

#22SAmazoníaViva

#22SAmazoníaViva
“La Amazonía y los pueblos indígenas son agredidos por diversos megaproyectos, políticas y operaciones extractivistas y desarrollistas. Avanzan el etnocidio directo e indirecto de nuestros pueblos, así como la deforestación, degradación y contaminación de las selvas tropicales”, señala el comunicado emitido, desde Ecuador, por la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).

Con esas palabras, la organización indígena internacional -que concentra a unos 400 pueblos indígenas de nueve países de la Cuenca Amazónica (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Surinam, Guyana y Guayana Francesa)-, bajo el lema “Amazonía viva, humanidad segura”, convocó a sumarse a la población en general a la Primera Movilización Amazónica de Indígenas por sus demandas, propuestas y luchas.

Todas estas comunidades indígenas tienen un factor común: la amenaza de exterminio como pueblos y de destrucción material de la mayor reserva forestal y acuífera del planeta.

La COICA alerta que este peligro también se cierne sobre toda la humanidad, sin excepción, porque la Amazonía interactúa con todos los demás biomas del planeta. Su pérdida conlleva a la pérdida de las lluvias y el aumento de ciclones devastadores, en lugares tan distantes como Los Andes, Buenos Aires, Nueva York e Indonesia.

Las nueve organizaciones nacionales que articula COICA decidieron establecer el 22 de septiembre de cada año como el Día de la Lucha de los Pueblos Indígenas en Defensa de la Amazonía y la Vida de la Humanidad, en el cual se efectuarán marchas, plantones, concentraciones, foros públicos, ferias y otras acciones simultáneas. Tienen siete demandas comunes, la principal: pide una Misión Internacional de ONU de emergencia para detener el etnocidio y la deforestación de la Amazonía.

A esas se suman las demandas específicas en cada país, sobre las cuales esperan incidir y sensibilizar a autoridades y opinión pública sobre la lucha de la CIDOB por la sobrevivencia del TIPNIS en Bolivia; la defensa férrea de ORPIA contra la destrucción que trae el Arco Minero en Venezuela; la defensa de derechos adquiridos territoriales y colectivos en Brasil y Colombia; la resistencia ante la aplastante minería aurífera en las tres Guayanas; los derechos territoriales, titulando 1376 comunidades y estableciendo reservas indígenas y comunales pendientes, como Reserva Comunal Yaguas, en Perú.

En general, lanzan un clamor mundial de “¡Alto a las grandes destrucciones en la Amazonía, como los agronegocios, plantaciones de monocultivos y palma aceitera, infraestructura y extractivismo con presión capitalista china y transnacional!”.

En Bolivia, las actividades se concentran en La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y Trinidad, el objetivo es visibilizar los problemas que enfrentan los pueblos indígenas con los megaproyectos de las hidroeléctricas Chepete y El Bala, en las áreas protegidas Madidi y Pilón Lajas, la represa Rositas que afectará a los guaraníes, la carretera por el Tipnis, la actividad hidrocarburífera en Tariquía, entre otros. En los últimos meses, los indígenas se han unido para hacer frente de manera conjunta a las amenazas sobre sus territorios y su sobrevivencia. Le toca a la ciudadanía en general sumarse a esa lucha.