Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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COLECTIVO TELARTES

¿Por qué y para qué un festival de poesía?

¿Por qué y para qué un festival de poesía?
Ni porque la ciudad lo exija ni porque sus habitantes lo merezcan. Un festival de poesía —¡atrás, sombríos detractores!— se hace por puro antojo. Podría no hacerse, sin duda, y nadie sufriría un colapso.

De sobra se sabe que los asistentes a estos asuntos —poetas aparte— son mínimos en comparación con los que aparecen, supongamos, en una exposición de manualidades. Y desde ahí se deja caer la siguiente pregunta y, sobre ella, la sospecha y la obligatoria seriedad ante lo inútil. Si nulo es el compromiso que estos festivales tienen con la autoridad y sus espectáculos —salvo honrosas excepciones—, con la pleitesía ante el fiscalizador de turno o con el “cebolleo” frente al vocablo, como perjudicial toda argumentación en favor de la conciencia que la poesía ofrece ante el fracaso, entonces, ¿para qué?

Para confrontar el aburrimiento de la testera. Para que la poesía se abra al carcajeo del alumnado en los colegios, al parlante en el polifuncional o al intercambio de datos y mañas a vista y paciencia de los policías. Para promover abiertamente el tráfico por sobre la avaricia y la ruina de los mezquinos. Y para provocar cruces, contagio y descalabro.

“Y es que hay festivales y festivales” dirá lóbrego el vate de la región, y es cierto. Por eso, aquí hablamos de los independientes. De los que aprenden a desviar recursos, a conseguir cómplices, a poner en práctica el trueque y estrategias varias pro-fondos. Digamos —por amor al cliché— que hablamos de los que se hacen a puro pulso. Y otra vez, por puro antojo.

Ni porque se necesiten ni porque se deba, entonces. Sino por el simple gusto de una producción más allá del lucro. Contraria al embuche de las políticas en boga. A la ficción que sostiene el fantasma infame del beneficio. Y para festejar la vitalidad del brindis y el equilibrio que adquiere la gestión en el margen.

Como si un festival de poesía fuese a las celebraciones culturales, lo que a un cumpleaños la guinda que, por cuenta propia, se resta de la torta. Una jugada poco ostensible, si se desea. Y, por sobre todo, nada redituable para la ciudad, la ciudadanía y los mercaderes responsables de su entretenimiento.

El IV Festival Transfronterizo de Poesía Panza de Oro se llevará a cabo en Cochabamba del 3 al 6 de octubre. Contará este año con la participación de autores de Chile, Perú, Argentina, Uruguay, Ecuador y Bolivia.