Pocos jugadores del país pueden decir que le ganaron a River Plate en la Copa Libertadores. El defensa beniano Lindberg Cabrera Bucett, vistiendo la casaca roja, lo hizo en 1973 y 44 años después recuerda con añoranza los pasajes de aquella hazaña en el Félix Capriles de la Llajta.

Cabrera Bucett formó parte del Rojo desde 1968 hasta 1975. Entre sus grandes participaciones y logros está el bicampeonato nacional de 1972 y 1973, jugar la Copa Libertadores de 1973 y 1974, el subcampeonato nacional de 1974 y disputar la Libertadores de 1975.

Esa época gloriosa de Wilster fue considerada el segundo Ciclo de Oro (1972 y 1973) por las importantes conquistas que se dieron, entre ellas el gran triunfo en Libertadores ante River Plate, en el Capriles, y el empate con el mismo rival en el estadio Monumental de Nuñez.

Y Cabrera Bucett estuvo allí. El legendario defensor, que sigue siendo recordado en la actualidad por su fidelidad y su juego de aquella época, fue una ficha inamovible de la plantilla dirigida en ese entonces por Carlos Trigo.

“El Félix Capriles estaba repleto a las 10 de la mañana (28 de febrero de 1973) y por la tarde enfrentamos a River Plate. Entraron al estadio más de 35.000 personas. Suena loco, pero así fue”.

Cabrera Bucett contó que ese partido fue complicado porque, en ese entonces, River tenía “jugadores mucho mejores” a los de la actualidad.

“Nosotros ganábamos a los rivales que venían. Por eso nos llamaron el segundo Ciclo de Oro. A River lo complicamos en el Capriles y eso fue algo lindo”.

El beniano recuerda los detalles. El escenario deportivo “pedía a gritos” una victoria y que se lo consiguió gracias a su homónimo, el delantero cruceño Limberg Cabrera Rivero, quien fue el autor del único tanto del cotejo, con un remate frente al arco del Millo que en ese entonces era defendido por José Alberto Pérez.

En esa tarde gloriosa, Cabrera Bucett engalanó a los hinchas con su clase, su liderazgo y la manera en la que defendió “a muerte” la zaga Roja.

“Recuerdo que nosotros lo jugadores nos dábamos indicaciones y nos dábamos cuenta en qué fallábamos. Correjíamos esos errores en el segundo tiempo y pudimos ganar”.

La gente enloqueció en las graderías, los jugadores se abrazaron y se les salieron las lágrimas y la dirigencia gritó de emoción, pues todos consideraron, según contó Cabrera Bucett, que era una histórica victoria.

Casi un mes después (19 de marzo), Wilster y Cabrera Bucett enfrentaron nuevamente al cuadro argentino, pero en el Monumental de Nuñez, en el que volvieron a sorprender con un “muy buen resultado”: un empate a 2.

“Llegamos al estadio y la presión ya se sentía. Lo hablamos con los jugadores y dejamos de lado esa presión de los hinchas y salimos a jugar. Nos entregamos a muerte en ese cotejo, porque todos sentíamos amor, motivación y ganas de ganar. Pero empatamos 2-2”.

Cabrera Bucett, después de aquel paso inolvidable por el cuadro valluno, tuvo que dejar de lado su pasión por la Roja y “abandonar el barco” en 1975, a sus 29 años, porque, al no ser tan rentable el fútbol, había que buscar un trabajo estable para mantener a su familia y a su hija.

El defensor beniano cuenta sus sensaciones para el partido de hoy entre Wilstermann y River en el Capriles.

P: ¿Cómo cree que

llega Wilster?

R: En buena racha. Le deseo lo mejor al club en general porque han estado trabajando de buena manera. Espero que no ganen 1-0 como lo hicimos nosotros en 1973. Ojalá que consigan un 3-0 y en la vuelta puedan defender ese resultado.

P: ¿Y River?

R: Ya no es el mismo equipo fuerte de antes. En lo institucional es muy bueno, pero ahora hay que verlo jugar.

P:¿Se puede ganar

la Copa?

R: Primero que los jugadores se enfoquen en este partido, luego en la vuelta. Eso es fundamental si quieren llegar lejos.