Cada día cientos de madres junto a sus hijos salen a ganarse el sustento, ya sea en la feria o en la calle.

Algunas optan, unas por necesidad y otras solo por apego, a llevar con ellas a sus pequeños al trabajo.

Los niños desde temprana edad se ven inmersos en un mundo laboral que aún no les pertenece y deben aprender a lidiar con él.

La vida de estas mujeres está condicionada por el rol que desempeñan en el hogar, en la maternidad y lo laboral. Han aprendido a entrelazarlos y sobrellevar cada día el peso de lo que significa.

Tal es la situación de Miriam Quispe, quien admite que no puede solventar la guardería y se ve obligada a llevar a su hijo con ella a su fuente laboral, un puesto de abarrotes en el mercado 25 de Mayo. La madre dice que este es un importante espacio para estrechar lazos con su niño. Para ellos, el tiempo que comparten representa riqueza en todos los sentidos.

Ella puede ofrecer atención y amor que tanto necesita a esa edad, pero que debe ser entregado a un costo. El costo de la calle que a veces acelera la madurez de los pequeños y los expone a muchos riesgos.

8 Horas

El tiempo promedio que los niños pasan con sus madres en los puestos de trabajo es de ocho horas. Algunos van a la escuela y regresan a acompañar a sus progenitoras haciendo hora para ir juntos a sus hogares.