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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Santos, de un 2018 marcado por la enfermedad a DT de club cristiano

A los 37 años, el ex Aurora y Wilster se “abre cancha” en el banco de Torre Fuerte, un equipo que busca jugar el Nacional B. El año pasado acompañó a su esposa en la lucha contra el cáncer. La vida da revanchas y él lo sabe.
Santos, de un 2018 marcado por la enfermedad a DT de club cristiano


Santos Amador insiste en convencer que no tiene “corazón de madre” cuando de encauzar a sus aprendices se trata. Quiere dejar en claro que no se enternece su voz al momento de pararse frente a sus jugadores del club cristiano Torre Fuerte, equipo que se ha propuesto ingresar al Nacional B y del que tomó el timón el 7 de enero pasado.

Para el cruceño, los “amiguismos” se apagan a la hora de trabajar. Cual “sargento” aggiornado, con pelota en mano y gorra colorida en lugar de sombrero gris oscuro, se dispone a elevar el tono y dejar el mensaje: “No me enamoro de los futbolistas. No me importa la edad. El que está bien conmigo, entra”.

Si, tal vez, en su etapa como jugador profesional de Aurora o Wilstermann era conocido, más bien, por su espíritu “picante” a la hora de trabar, ahora todo es distinto.

Tuvo que echar mano del temple fuerte. Probablemente, ello sea parte de la enseñanza que le regaló el 2018, que fue implacable con él, su esposa Yolanda y sus hijos. La figura femenina de la casa enfermó de cáncer de mama y lo venció, pero el proceso fue muy duro para todos. Doble cachetazo a la alegría, que luego golpeó, también, al ánimo y al bolsillo (tuvieron que recurrir a rifas solidarias para solventar parte de los gastos de los medicamentos).

Y aunque el fantasma de la dolencia es una constante que los Amador frenan con controles médicos, lo cierto es que todo lo malo se transformó en apenas un mal recuerdo. La vida da revanchas y la familia está unida.

Ahora, Santos se entrega a la tarea de pulir su faceta como entrenador. Ya hizo sus primeras armas como ayudante de campo del paraguayo Roberto Pérez, aquel que devolvió a Aurora a la División Profesional.

Después condujo a la U de Vinto. Sus buenas labores no pasaron desapercibidas y la dirigencia cruceña del club cristiano Torre Fuerte puso sus ojos en él. Hubo diálogo, las partes llegaron a un acuerdo y el exfutbolista activó sus funciones.

Aún dolido porque su objetivo de querer “cambiar al Aurora” fue truncado, Santos agradece a su nuevo equipo. Se ganó otra chance y con solo 37 años se presenta como uno de los estrategas más novatos en el fútbol local.

Antes de observar las cualidades con la pelota, opta por asegurarse de que sus dirigidos tengan valores. “Cuando te dan la oportunidad, tienes que trabajar de la mejor manera y armar un buen grupo. Primeramente deben ser buenas personas. Gracias al doctor José Luis Mendoza, que es el presidente. Me ha estado siguiendo”.

Creó un baúl personal, imaginario, en el que ha reunido los gritos, consejos y formas pragmáticas de aquellos que lo marcaron en su paso como jugador. Allí dentro reposan palabras de experimentados como Mauricio el Loco Soria, Eduardo Villegas o Sergio Apaza. Y de los tres, tan distintos, tomó un poquito (o mucho).

“Me gusta Mauricio Soria, dirige muy bien. Villegas, también. Es estricto y responsable, al igual que Sergio Apaza, a quien tuve. Es un técnico-psicólogo. Me enseñaron cosas que pongo en práctica y me ayudan mucho”.

Y si lo desafían a mencionar a alguno del exterior, nombra a Diego Simeone, DT del Atlético de Madrid de España. “Me gusta el carácter del Cholo. Hay que valorar lo que hace. No siempre va a salir campeón”, arremete, con relación a los “cinco centavos que le faltan al peso” para que el estratega argentino consiga un título en la Champions League.

Por ahora, su atención se direcciona hacia Torre Fuerte y la posibilidad de clasificar a la Copa Simón Bolívar de ascenso. Luego, si todo marcha bien, podrá llegar a la División Profesional.

“Ese es nuestro sueño. Estamos trabajando para ello. Siempre digo: ‘paso a paso’. Primero está el Nacional B. Claro que anhelo dirigir en la primera. Quiero estar preparado”.

Consume fútbol alrededor de 17 horas al día (dispone el resto para la necesidad lógica de dormir). Ama la redonda y se encarga de que no queden dudas. “Adoro el fútbol. Me encanta. Voy a entrenar feliz todos los días porque amo esta profesión”.

Si hay algo que planea, a largo plazo, es conspiran a favor del trabajo de los bolivianos. Considera que es poco valorado.

Y Dios mucho tuvo que ver con la armonía en su familia y la salud de Yolanda, que está recuperada. “Solo Él hizo todo esto”.

Santos (su nombre parece ser producto de una jugada del destino) tiene fe en el Creador. Y traza su camino como DT, despacito, de a pasitos...