Asesinan a taxista con dos disparos en Yacuiba
14 de junio de 2018 (19:57 h.)
Un chofer de taxi fue asesinado con dos disparos en Yacuiba, Tarija, la tarde del martes 12 de junio. La Policía investiga el crimen que dejó destrozada a una familia y a dos niños huérfanos de padre.
La víctima tenía 27 años y fue identificada como Alejandro Ramos. Según las primeras investigaciones, el hombre perdió la vida tras recibir el impacto de dos proyectiles de arma de fuego. Uno de ellos le perforó el parietal derecho, en la cabeza, informó la Policía de Yacuiba.
El crimen ocurrió en la zona de Lapachal Bajo, en una zona periférica de Yacuiba. De acuerdo al informe del fiscal Sabino Ávila, el taxista victimado era socio de la Cooperativa 2 de Agosto, y una de las hipótesis es que sus criminales lo llevaron hasta Lapachal Bajo para asesinarlo sin levantar sospechas, toda vez que en esa zona, conocida como el Barrio Gasoducto, las casas están alejadas una de la otra.
El cadáver de Alejandro Ramos estaba en el asiento trasero de una vagoneta tipo taxi roja. La hipótesis inicial del crimen es un ajuste de cuentas o una venganza, pues los criminales no se llevaron la vagoneta, sino que la abandonaron.
La víctima tenía 27 años y fue identificada como Alejandro Ramos. Según las primeras investigaciones, el hombre perdió la vida tras recibir el impacto de dos proyectiles de arma de fuego. Uno de ellos le perforó el parietal derecho, en la cabeza, informó la Policía de Yacuiba.
El crimen ocurrió en la zona de Lapachal Bajo, en una zona periférica de Yacuiba. De acuerdo al informe del fiscal Sabino Ávila, el taxista victimado era socio de la Cooperativa 2 de Agosto, y una de las hipótesis es que sus criminales lo llevaron hasta Lapachal Bajo para asesinarlo sin levantar sospechas, toda vez que en esa zona, conocida como el Barrio Gasoducto, las casas están alejadas una de la otra.
El cadáver de Alejandro Ramos estaba en el asiento trasero de una vagoneta tipo taxi roja. La hipótesis inicial del crimen es un ajuste de cuentas o una venganza, pues los criminales no se llevaron la vagoneta, sino que la abandonaron.