ROMA

El papa Francisco pidió ayer disculpas a las víctimas de abusos sexuales en Chile y reconoció que al haberles solicitado "pruebas" de lo que les ocurrió, "les hirió".

El Pontífice dio la declaración a bordo del avión que le llevó de regreso a Roma, tras una gira por Chile y Perú.

Su mensaje llegó después de que defendiera al polémico obispo chileno Juan Barros, quien está acusado de encubrir casos de abuso sexual por parte de sacerdotes a menores en ese país.

"El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar", dijo Francisco el pasado jueves, lo que provocó indignación entre los que acusan a Barros.

El Obispo es señalado de haber supuestamente encubierto al sacerdote Fernando Karadima, quien en 2011 fue hallado culpable tras una investigación del Vaticano de abusar de adolescentes durante las décadas de 1980 y 1990. Karadima fue suspendido de por vida de sus funciones.

"Sé que mucha gente abusada no puede traer una prueba, no la tiene o a veces la tiene y siente vergüenza, sufre en silencio. El drama de los abusados es tremendo", agregó el Papa.