Evo Morales y Álvaro García Linera cumplen, hoy, doce años de gestión en el Gobierno, y en su haber tienen logros importantes como la nacionalización de las empresas estratégicas del Estado, la estabilidad económica, la inclusión de los sectores marginados, la demanda marítima ante La Haya y la reducción de la extrema pobreza.

Estos y otros aciertos de la gestión de Morales son destacados por los afines al partido de Gobierno, y reconocidos por los políticos opositores; sin embargo, estos últimos tienen algunos reparos.

En el caso particular de la demanda marítima, propios y extraños apuntan como un punto a favor de Morales haber invitado a expresidentes del país para que unan sus voces en torno a este anhelo de los bolivianos, retornar al Pacífico por un territorio con soberanía. Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez Veltzé permanecen en el equipo.

La organización de eventos internacionales, como parte de la política externa que lleva adelante el Gobierno (la organización del G77+China y de Países sin Litoral), y el protagonismo que cobró en las Naciones Unidas son otros aspectos que se destacaron.

El binomio Morales-García Linera asumió el mando de la nación el 22 de enero de 2006, Día del Estado Plurinacional, y, por el momento, son los mandatarios que más tiempo han permanecido en forma continua en el poder.

Evo Morales juró a la Presidencia tras ganar las elecciones de diciembre de 2005, con 53.74 por ciento de los votos válidos y asumió el 22 de enero de 2006.

Oficialistas y opositores manifiestan que en la gestión actual se cometieron varios desaciertos. Los casos de corrupción que se pusieron al descubierto en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y en el Fondo Indígena son los que más dañaron a la imagen del Gobierno, así como al erario nacional.

Gente cercana al presidente Morales, ministras y dirigentes sindicales, fueron denunciados por estar supuestamente involucrados en actos de corrupción que dejaron decenas de encarcelados y descrédito para el MAS.

Uno de los momentos más críticos para este Gobierno fue el denominado golpe cívico prefectural, el cual, según Morales, buscaba derrocarlo con la violencia desatada en los departamentos de la “Media Luna” y la toma de instituciones del Estado, en 2008.

En esa oportunidad, la Unión de Naciones Suramericanas expresó su apoyo al Gobierno de Morales.

La subida de precios de los combustibles, en la Navidad de 2010, provocó una serie de protestas y huelgas en el país. Unas horas antes de que concluyera ese año, Morales retiró la medida.

La represión a un grupo de indígenas que marchaba en contra de la construcción de una carretera por el Tipnis le costó a Morales y a su entorno críticas de la oposición y de otros sectores.

Asimismo, el Gobierno fue criticado por no resolver oportunamente la demanda de las personas con discapacidad, que se movilizaron 10 meses en 2016 por un bono mensual de 500 bolivianos. Esta protesta puso en apuros a Morales cuando el 9 de junio de ese año dos personas que hacían vigilia en el Viaducto de la avenida Blanco Galindo de Cochabamba murieron atropelladas.

El polémico caso Zapata, denunciado por el periodista Carlos Valverde el 3 de febrero de 2016, y la derrota en el referendo del 21 de febrero fueron otros dos puntos negativos que afectaron al Gobierno de Morales.

El oficialismo atribuyó el revés en el referendo a las mentiras que se armaron en torno al caso Zapata.

Hoy, cuando el presidente Morales presente su informe de gestión ante la Asamblea Legislativa seguramente detallará, como lo ha venido haciendo en los últimos años, los logros económicos y sociales obtenidos desde 2006. El Mandatario adelantó en días pasados, que su informe contendrá, según una publicación de La Razón, "los avances importantes y algunos errores".